viernes, 30 de octubre de 2015

Chuponeo S.A. (Milton-Nadine)



Milton Von Hesse: Aló Nadine. Te habla Milton.
Nadine Heredia: ¿Milton? ¿Milton? Me suena ese nombre.
MVH: Soy yo Nadine. Milton Von Hesse, el candidato nacionalista.
NH: Ah, claro, Milton. Dime, ¿qué ocurre? Por si acaso ya no te puedes arrepentir.
MVH: No, al contrario, ya quiero empezar mi campaña y voy a necesitar dinero.
NH: Ah ya, no hay problema. El que va a manejar eso es Ilán.
MVH: ¿Ilán? Pero yo ya dije que él no iba a estar en mi campaña.
NH: Muy mal Milton. La que toma las decisiones soy yo. Además no sé por qué no confías en Ilán, si es como de la familia.
MVH: Pero Ollanta me dijo que yo iba a tener la última palabra.
NH: ¿No te habrá dicho que tu palabra iba a ser lo último?
MVH: Bueno, está bien, que se quede Ilán. Pero eso sí, Ollanta me prometió que yo iba a ser quien dirija mi campaña.
NH: Claro, Milton. Yo solo te voy a decir cómo hacerlo.
MVH: ¿Y la lista para el Congreso?
NH: Bueno, naturalmente seré la número uno.
MVH: ¿La número uno?
NH: Claro, a propósito Ilán también quiere postular. Porfa lo llamas y le preguntas qué número quiere.
MVH: Pero Nadine, ¿cómo voy a llamarlo para eso?
NH: Tienes razón, es obvio que tiene que ser el número  dos.
MVH: Nadine, escúchame, Ollanta me dijo que yo iba a hacer la lista para el Congreso.
NH: Claro, Milton, tú la vas a hacer. ¿Tienes papel para dictarte los demás nombres?
MVH: No entiendo, ¿entonces no voy a manejar nada en la campaña? 
NH: Nadie ha dicho eso. Mira, para empezar, tú mismo vas a manejar la camioneta del partido. Más bien anda con cuidado porque creo que no tiene SOAT.
MVH: Caramba, ahora entiendo por qué la gente dice que tú y Ollanta me están utilizando.
NH: Eso no es cierto Milton. Aquí Ollanta no tiene nada que ver.


Publicado en El Otorongo (Peru21-30.10.2015)

lunes, 26 de octubre de 2015

¿Por qué Von Hesse? ¿Por qué?

La vida no es eterna; lo sabemos. Y aunque es verdad que si así fuera sería un suplicio, digo yo, tampoco tenía por qué ser tan breve. Sin embargo, para algunos habitantes de este “valle de lágrimas” -¿no sería mejor río de lágrimas?- el continuo ejercicio de la respiración se les hace insufrible y prefieren hundirse, por propia mano, en la oscuridad final. En tal sentido, el suicidio –o como lo llamó Nabokov: “ese absurdo despilfarro del yo”- es y seguirá siendo, paradójicamente, parte de la vida. Juzgarlo o entenderlo es transitar por un terreno farragoso y en extremo complicado al cual no pretendo ingresar, primero muerto.

Menos lúgubre, aunque no menos trágico e inexplicable es el suicidio político. Huelgan los ejemplos de quienes, fascinados en igual medida por la pulsión tanática y la política, deciden lanzarse a una piscina sin agua o, mejorando la alegoría, a una ánfora sin votos.

Esta forma de marchar entusiasta hacia la derrota inevitable es, pese a todo, moneda corriente en la vida de un político. De él se espera que pierda muchas elecciones antes de lograr alguna victoria, si acaso esta llega, y todo eso sin perder la sonrisa ni la paciencia, o al menos alguna de ellas. Sin embargo, ¿qué puede llevar a un tecnócrata a seguir los mismos pasos? ¿Por qué un hombre que ha trabajado en el Estado, pero que no tiene experiencia política, quiere agregar a su hoja de vida una derrota electoral de proporciones?



Me estoy refiriendo, desde luego, al flamante precandidato nacionalista Milton Von Hesse, quien tiene la dudosa fortuna de haber sido escogido para, en palabras de Nadine Heredia, “seguir el legado de Ollanta Humala”.

Von Hesse, cuyo apellido puede recordar a un famoso personaje cazador de vampiros,  es un economista de no pocas credenciales académicas. Repartido entre su rol de funcionario público y profesor universitario, permaneció alejado de los reflectores políticos hasta que en el 2012 el gobierno nacionalista del presidente Humala lo nombró Ministro de Agricultura. Dos años después, juramentó como Ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Quienes lo conocen dicen que se trata de una persona competente y honrada; quienes no lo conocen, en cambio, prefieren no opinar. Sobre su gestión en ambos sectores, las críticas apuntan a su debilidad por el lobby, aunque sus defensores –previo cabildeo- nos han convencido que nada de ello es ilegal.

Retomo entonces aquí la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué Von Hesse acepta ser candidato de un gobierno que –en aparente guiño a la física cuántica- existe, pero ya dejó de existir? ¿Acaso no es consciente que le van a endilgar los pasivos de este gobierno, sobre todo aquellos relacionados a las acusaciones contra la primera dama? ¿Será que no es consciente que el partido por el que postula tiene la firmeza de un castillo de naipes en medio del huracán “Patricia”? ¿O, será que, simplemente, no es consciente?

Algunos analistas –ciertamente no los más serios- han deslizado la posibilidad de que durante los años en los que Von Hesse ha interactuado con la pareja presidencial ha sufrido una suerte de gradual lobotomía nacionalista. Ello significaría que la mente de Von Hesse se encuentra actualmente en piloto automático y que, asimismo, sus cualidades analíticas se han reducido al punto que Kenyi podría hacerle el jaque mate pastor dos veces seguidas.

Esta descabellada teoría, sin embargo, quedó robustecida el día en que Von Hesse fue inscrito oficialmente como militante nacionalista. En aquella ocasión, el exministro llegó sonriendo y con los brazos levantados al local del partido. Atravesó la portátil e ingresó al local, donde ya la presidenta de la agrupación lo esperaba para el show respectivo. Von Hesse parecía tan feliz que más de uno se preguntaba si en verdad comprendía lo que estaba ocurriendo. Con la sonrisa tatuada en su rostro, el único precandidato del nacionalismo, saludaba a diestra, a siniestra y a todos los que le llamaban y coreaban su nombre con la arenga inédita: ¡Miltón presidente!, ¡Miltón presidente!

Ahora que Von Hesse ha decidido lanzarse al vacío electoral y despilfarrar absurdamente su  yo  político, solo me queda desearle la mejor de las suertes, es decir, que no postule. Sin embargo, Von Hesse está tan entusiasmado con su candidatura que inclusive piensa –piensa es un decir- que puede ser el próximo presidente del Perú.
 
Desde aquí mis más sentidas y adelantadas condolencias. 


Publicado en la revista Velaverde Nº138

viernes, 23 de octubre de 2015

Chuponeo S.A. (Nadine-Ollanta)



Nadine Heredia: Aló, Ollanta, ¿viste mi conferencia?

Ollanta Humala: Hola Nadine. No, no la vi. ¿Sabes por qué?

NH: No me digas que otra vez te olvidaste de pagar el cable.

OH: No Nadine, el cable está bien. Bueno, por ratos se pone lluvioso, pero ese no es el tema.

NH: ¿Entonces?

OH: No te vi porque no sabía nada. Dime, ¿te parece bien que me haya enterado por la tele que ibas a dar una conferencia sobre el TC? ¿Me puedes decir qué significa eso?

NH: Claro, TC significa Tribunal Constitucional. Creí que lo sabías.

OH: Lo que quiero saber es ¿por qué no me dijiste para acompañarte?

NH: Pensé que tenías trabajo que hacer.

OH: ¿Trabajo? Ya pues, te hablo en serio.

NH: La verdad es que si ibas tú se iban a mezclar las cosas del gobierno con las del partido. Y no quiero eso.

OH: Caramba, qué considerado de tu parte.

NH: Sí pues, por eso no te avisé y me fui nomás con el chofer y la prensa de Palacio.

OH: ¿Y cómo te fue en la conferencia? ¿Te preguntaron si tuviste que ver con la salida de Príncipe?

NH: Sí, pero les dejé bien en claro que era una víctima.

OH: ¿Príncipe?

NH: No, Ollanta, yo. La víctima soy yo. Por eso les dije que la que más ha sufrido con su salida fui yo.

OH: Pero si tú me pediste que la saque.

NH: Tú escúchame nomás. También les dije que al final todo esto se trata de una vil persecución contra una mujer inocente.

OH: ¿Ahora sí te refieres a Príncipe?

NH: No, Ollanta, es obvio que me refiero a mí.

OH: Ah bueno. ¿Y crees haber convencido a todos de tu inocencia?

NH: Claro, la conferencia fue un éxito. Con decirte que los chicos de la prensa se fueron satisfechos.

OH: ¿Ah sí?

NH: Sí, no quedó ni un solo bocadito.


Publicado en El Otorongo (Peru21-23.10.205)

lunes, 19 de octubre de 2015

De agendas, cebiches y habeas corpus

Sentado en el tercer nivel de un cebichería que tiene una excelente vista al mar, me reacomodé el saco y me ajusté la corbata. Debo admitir que sentía algo de nervios, pero pude seguir concentrado en mi papel. Iba a darle una última mirada a la grabadora que llevaba escondida, pero entonces la persona que esperaba llegó. Eduardo Roy Gates arribó hasta mi mesa, nos estrechamos las manos y se sentó. El mozo se dispuso a tomar nuestros pedidos.





-¿Qué le parece si pido una Ensalada Caprese de Trucha Ahumada? –me dijo Gates.
-Claro, está bien.
-¿Y para beber? –preguntó el mozo.
-¿Cerveza? –me dijo Roy Gates y yo asentí. Luego miró al mozo- . Un par de cervezas heladas que es lo mejor con lo que se puede acompañar esto.
-Claro, claro.
-Bueno, usted dirá, por teléfono me dijo que quería contratar mis servicios. En circunstancias normales no aceptaría más casos del que estoy viendo ahora.
-Entiendo.
-Usted sabe –me dijo, con una cara de amplia satisfacción y pronunciando con entusiasmo cada sílaba- soy el abogado de Nadine Heredia.
-Claro, cómo no saberlo. Usted sale todos los días en las noticias.
-Sí, pues. Gajes del oficio, pero no quiero aburrirlo con cosas de política. Cuénteme de su caso. Por teléfono me dijo que se trataba de un litigio millonario.
-No sé mucho de política –le dije-.Pero tampoco es que no me interese del todo. Es más, le confieso que soy admirador del presidente y de la primera dama.

El mozo regresó con las cervezas y los vasos. Roy Gates bebió uno hasta la mitad.

-Mire –me dijo- lo que le están haciendo a la pareja presidencial, en especial a Nadine es un cargamontón sin nombre.
-Lo dice por las cuentas –le dije mientras apuraba mi vaso.
-Por eso también –me dijo y luego bajó un poco la voz-. Pero lo verdaderamente preocupante son las agendas.
-¿Preocupante por qué? Hasta donde sé las agendas no son de Nadine.

Roy Gates se inclinó hacia atrás, miró a los lados y frunció el ceño.

-Creo que estoy hablando demás. Me disculpa, pero prefiero ya no tocar el tema. Después de todo, ¿qué va a pensar usted? ¿Que hablo de mis clientes con cualquier persona?

Aproveché el desliz, enderecé mi espalda y abrí los ojos un poco más.

-¿Le parezco cualquier persona?

El abogado palaciego puso entonces los brazos en el borde de la mesa.

-Claro que no, me disculpa –me dijo.- No lo dije con esa intención.
-Vamos, no se preocupe –le dije sonriendo-. Le estoy haciendo una pequeña broma.

Roy Gates sonrió.

-Yo creo que el gobierno de Humala ha hecho mucho más que otros gobiernos –le dije tratando de no morderme la lengua-. Pero en este país la gente es malagradecida.
-Caramba, señor Rodríguez. Tiene usted toda la razón. Me alegra que vea las cosas con tanta claridad.
-Pero es la única forma de verlas.

Roy Gates iba a decirme algo, pero calló al ver que el mozo llegaba con la ensalada.

-Y eso de las agendas es lo mismo –dije yo, tratando de no ser demasiado obvio-. Si Nadine ya dijo que no son de ellas, ¿para qué se va  someter a una prueba?

Roy Gates bebió otra vez del vaso de cerveza.

-Mire amigo –me dijo, bajando ligeramente la voz otra vez-. Nadine no tiene miedo de ir a un peritaje grafotécnico.
-Yo sé que no tiene miedo, pero ¿por qué darles el gusto a los malpensados?
-La verdad es que antes había algo de temor, pero ahora ya todas las piezas están en su lugar. Nadine puede ir al peritaje sin temor alguno.
-No lo entiendo.
-Perdóneme otra vez, pero lo que tiene que entender es que yo hago todo lo necesario para que mis clientes salgan bien librados. No se olvide de eso.
-¿O sea que Nadine va a salir bien librada? Qué gusto me da. Por fin podrá demostrar que las agendas no son de ella.

Por primera vez en la conversación, Roy Gates pareció mirarme distinto. De pronto, una sombra de sospecha parecía haberse instalado en él.

-Le interesa mucho el tema de las agendas, ¿no?
-¿A mí? No, usted las mencionó.
-Las agendas y la letra que están en ella son de Nadine –me dijo de golpe y luego se me quedó viendo, sopesándome, estudiando mi reacción.

Yo asentí y lo miré fijamente. Luego miré hacia un lado y me tomé el resto del vaso de cerveza.

-¿En serio?

Roy Gates me miró un momento más y luego pareció distenderse, bajar la guardia.

-Vamos señor Rodríguez, eso lo saben todos. Pero a quién le interesa la verdad. A mí no y esa es una cosa que también debería saber si voy a trabajar para usted. La única verdad es la de mi cliente.
-Qué bueno escuchar eso.
-Igual está demás que le diga que lo que le dije es reservado. Tómelo como una muestra de confianza.
-No se preocupe doctor, usted no ha dicho nada.
-Sabe señor Rodríguez, por un momento pensé que usted….
-¿Que yo qué?
-Nada, se me ocurrió que quería sacarme información o algo así.

Sonreí entonces abiertamente.

-Claro -le dije-, ¿no ve que lo estoy grabando?

Roy Gates sonrío también, aunque su rostro no terminaba por relajarse del todo.

-Bueno, señor Rodríguez, hablemos de su caso entones.
-Desde luego, doctor.

En ese momento sonó mi celular, tal como lo había configurado.

-Sí, dime, ¿qué pasa?...carajo, ¿y cómo pasó?...bueno ya, ¿dónde dices que estás? Ya, ya, tú quédate tranquila. Voy en seguida.

Apenas colgué el celular me puse de pie. Roy Gates hizo lo propio. Le dije que me disculpara, pero tenía que irme porque le habían chocado a mi hermana y ella estaba muy nerviosa. Roy Gates se ofreció en ayudarme, pero al final solo le dije que lo llamaría para concretar la contratación de sus servicios.

Salí de la cebichería, caminé por el malecón y la brisa marina llenó mis pulmones. Cuando estuve seguro que ya no podría verme me saqué el saco y me aflojé la corbata. Entonces tomé un taxi. En el camino las ideas iban y venían: el abogado de Nadine admitiendo que las agendas eran de ella no es poca cosa. Sin embargo, cuando entré a mi casa vi que había ocurrido una tragedia. No sé por qué, pero la grabadora se había detenido casi al empezar y no había grabado nada importante.

Después de mucho meditar, me dije que no importa, que igual contaría esta historia aunque sea mi palabra contra la de Roy Gates. De todas maneras ya tengo preparado un habeas corpus. Uno nunca sabe.


Publicada en la revista Velaverde Nº137                                                                                                                                                                                                                                        

domingo, 18 de octubre de 2015

Chuponeo S.A. (JorgeDC-AlanGP)



Alan García: Aló Jorge. Estoy preocupado por lo de Gerald.
Jorge Del Castillo: No te preocupes Alan, toda la batería del partido lo está cuidando.
AG: Ese es el problema. Ya se sabe lo de la batería, pero lo peor no es eso. ¿Puedes creer que Gerald me dijo tío?
JDC: Bueno Alan, joven lo que dice joven ya no eres.
AG: ¿De qué hablas?
JDC: Si al menos te pintaras las canas. Mira, mi tinte es buenazo, si quieres te paso la marca.
AG: Jorge, por favor.  Te estoy llamando por algo importante.
JDC: Está bien.
AG: Escúchame. Mmm, ¿de verdad es bueno tu tinte?
JDC: Sí, claro. Gonzáles Posada me lo recomendó. Claro que él usa dos pomos.
AG: Bueno, eso lo vemos después. Ahora hay que ver cómo respondemos a lo de Gerald. Creo que lo mejor es sacar un comunicado que diga que el Apra nunca ha tenido nada que ver con delincuentes y…
JDC: Pero Alan, acuérdate de…
AG: Ya, ya, está bien. Que el comunicado diga solo que el Apra nunca ha tenido relación con el narcotráfico y que…
JDC: No pues, Alan, ¿no te acuerdas de…?
AG: Ya, está bien. Entonces de frente hay que decir que no conocemos a Gerald y es una patraña que…
JDC: Pero Alán, todos saben que Gerald y su familia son apristas. Si hasta algunos militantes pensaban que él iba a ser tu sucesor.
AG: Bueno, la verdad es que condiciones no le faltan. Pero entonces, ¿qué decimos?
JDC: Que es una confusión. Que si bien es cierto eres tío y eres Alan, no tienes que ser el “tío Alan”.
AG: ¿Tú crees que funcione?
JDC: Claro, la gente se va a convencer que tú no eres el tío de nadie.
AG: Exacto.
JDC: Eres más bien el “El Padrino” de todos.
AG: No pues Jorge, yo no quiero que se me identifique con la mafia.
JDC: Eso sí va a estar difícil ah. Tú siempre has sido del Apra.

Publicado en El Otorongo (Peru21-17.10.2015)

lunes, 12 de octubre de 2015

Fujimorismo: el milagro peruano

Extasiados todavía por la performance de la ilustre candidata Keiko Fujimori, un grupo de estudiantes de la Universidad de Harvard ha propuesto, a las altas autoridades de tan prestigioso centro de estudios, la creación de una nueva cátedra denominada: Fujimorismo: el milagro peruano. De acuerdo a uno de los impulsores de esta iniciativa, la intervención de la hija de Fujimori, paradójicamente, les abrió los ojos y les hizo comprender que el exmandatario había liderado un gobierno extraordinario, sin parangón y, casi, sin final.

Según ha trascendido, entre los fundamentos de tamaña proposición se encuentra la necesidad de multiplicar por todo el mundo civilizado la admirable gestión fujimorista, la misma en la que Keiko Fujimori se desempeñó como primera dama.

Se invitó a dirigir la cátedra al propio Alberto Fujimori, sin embargo ha declinado tremendo honor debido a compromisos que tiene que honrar en su país y que no le permiten viajar al extranjero. Asimismo, Keiko Fujimori ha desistido de ocupar dicho cargo por lo demandante que le resulta su arduo, aunque desconocido, trabajo en el Perú. Sin embargo, quien ha aceptado el reto sin pensar, más bien con entusiasmo, ha sido Kenyi, el menor de los Fujimori.



En acuerdo con los más connotados profesores de Harvard, la cátedra se dividirá en tres grandes módulos, a saber: Democracia, Honradez, Educación, Corrupción y Derechos Humanos.

Democracia:
En este módulo los alumnos de Harvard aprenderán como el Estado de Derecho es un bien fundamental para la democracia, pero tampoco es tan fundamental. De esta forma, los estudiantes comprenderán que hay situaciones de excepción, como cuando quieres cambiar las leyes para empoderar a un oscuro asesor, en las que es totalmente democrático zurrarse en la democracia.

Se estudiará en particular la disolución del Congreso conocida como el autogolpe del 5 de abril de 1992. Los alumnos entenderán entonces que la separación de poderes consiste también en separar a los congresistas del poder que el voto popular les dio. Se fomentará el debate libre entre los asistentes. Aquellos que justifiquen la medida serán reconocidos como los más aplicados de la clase; quienes, en cambio, critiquen el autogolpe amparándose en documentos trasnochados como la constitución, serán inmediatamente disueltos.

Transparencia:
En este módulo los alumnos de Harvard aprenderán cómo ahorrar millones de dólares en la compra de aviones, helicópteros y asuntos de carácter militar mediante la dación de Decretos Secretos de Urgencia. Los estudiantes sabrán aplicar el concepto de “secreto” para todo aquel gasto que podría no ser entendido por la Contraloría o por el Poder Judicial. Se debe interiorizar que los gastos militares son de suma importancia para la obtención de incentivos económicos personales, la mayoría de los cuales terminan en cuentas cifradas en el Gran Caimán.

Se estudiará en detalle el caso de los más de 1000 millones de dólares gastados por el gobierno de Fujimori y que, en su calidad de secreto, no tuvieron ningún tipo de control. Esto demuestra, sin duda, la enorme capacidad de gasto del gobierno de Fujimori en comparación con el pobre desempeño que, en ese sentido, han tenido otros gobiernos, tanto anteriores como venideros.

Educación
Los alumnos de Harvard se maravillarán cuando comprendan el novedoso concepto fujimorista de educación familiar. Se hará notar que el Estado, considerando que la familia es la base de la sociedad,  decidió ofrecer becas integrales para que un grupo de hermanos pueda estudiar en universidades del extranjero.

Se estudiará el caso de los jóvenes que fueron seleccionados para disfrutar de esta beca integral. Tras una serie de pruebas de alta complejidad, los seleccionados fueron, cosas del destino, justamente los cuatro hijos de Fujimori, incluida la actual candidata Keiko Fujimori. En ellos, el Estado gastó más de un millón de dólares para que puedan estudiar sin preocupaciones. Sin embargo, los alumnos de este  módulo entenderán rápidamente que no se trató de un privilegio o de algún tipo de favoritismo, pues los hijos de Fujimori se comprometieron a regresar al Perú y volcar aquí todos sus conocimientos. En efecto, Keiko y Kenyi volvieron y se espera que el día en que trabajen en algo demostrar todo lo aprendido por el bien del país. En el caso de los otros dos hijos de Fujimori, al parecer tuvieron un súbito acceso de pudor y no regresaron más al Perú.

Corrupción:
Los alumnos de Harvard asimilarán la nueva mirada a la corrupción, según la cual quien incurra en este fenómeno no solo debe ser aceptado sino mimado. En tal sentido, se les hará notar que los corruptos son víctimas del sistema, seres débiles, de manos frágiles aunque con ahorros sólidos. También se deberá comprender que, debido a su calidad de víctima, no se les debe perseguir con irracionalidad, por el contrario se les debe dar una nueva oportunidad a ver si esta vez lo hacen mejor.

Se tomará como ejemplo de víctima al asesor Vladimiro Montesinos, funcionario inseparable de Alberto Fujimori. Por lo menos 70 millones de dólares se le encontraron a este simpático hombre de acción quien, según el propio Fujimori, trabajaba las 24 horas del día por el Perú. Los alumnos entenderán que no hay nada de extraño en que Fujimori le haya dado a Montesinos 15 millones de dólares  en calidad de CTS (mejor no imaginar cuánto le descontaban por AFP). Se trata, no lo olvidemos, de una víctima. Igual que todos los funcionarios fujimoristas que están en la cárcel, así como los hermanos de Fujimori que siguen prófugos de la justicia.

Derechos Humanos:
En este módulo los alumnos de Harvard aprenderán a distinguir cuando los derechos humanos son absolutamente necesarios y cuando solo le interesan a ciertas oenegés. De esta manera, se hará hincapié en que derechos como la vida se encuentran sobrevalorados y solo se mantienen vigentes en países que exageran la necesidad de respirar.

Se estudiarán los emblemáticos casos de La Cantuta y de Barrios Altos, bajo los parámetros de la máxima fujimorista: “Nosotros matamos menos”. Se pedirá a los alumnos que comprendan el concepto de “costo social” y se reivindicará la figura del Grupo Colina. Los presentes comprenderán entonces por qué Fujimori indultó y condecoró a los esforzados agentes del gobierno, encabezados por el justiciero Martin Rivas.

Luego de un análisis más profundo, el grupo de alumnos que ha propuesto esta cátedra ha visto insuficiente estos módulos. Ello considerando otros temas en los que el fujimorato es pasible de estudio y admiración. Sin embargo, estiman que aun así se trata de una cátedra sustanciosa.

“Consideramos a Alberto Fujimori como un pensador y estadista de talla mundial, por lo tanto creemos que es de justicia que el fujimorismo sea aplicado en forma masiva por todo el orbe a fin de que sus beneficios sean compartidos”, dijo el líder de estos alumnos. No se trata de “fujimorizaciones forzadas” como algunos malintencionados la pueden llamar. “Serán fujimorizados no en contra de su voluntad, sino sin su voluntad, que no es lo mismo”, razonó el estudiante. 


Publicado en la revista "Velaverde" N°136

sábado, 10 de octubre de 2015

Chuponeo S.A. (Chehade-Humala)


Omar Chehade: Aló Ollanta, te habla Omar.

Ollanta Humala: ¿Omar? ¡Cómo te atreves a llamarme! No pensé que fueras tan caradura.

OCH: ¿Cómo que no? Acuérdate que fui tu abogado en lo de Madre Mía.

OH: Ah verdad, había olvidado eso. Pero dime, ¿para qué me llamas?

OCH: ¿Quieres que te hable como amigo o como abogado?

OH: Mmm…como amigo.

OCH: La verdad es que como amigo ya no tengo nada que decirte.

OH: ¿Y como abogado?

OCH: Tampoco.

OH: ¿Y entonces para qué me has llamado?

OCH: Lo que te voy a decir te lo digo como cualquier ciudadano, como un hombre de a pie.

OH: ¡Cómo! ¿Y tu carro?

OCH: Escúchame Ollanta…

OH: Seguro que te lo robaron. La delincuencia está terrible y lo peor es que nadie hace nada.

OCH: Ollanta, escúchame bien, tengo que decirte que estás psicológicamente secuestrado por Nadine.

OH: Pero eso es ridículo.

OCH: ¿Seguro?

OH: Claro que sí. Ya le pregunté a Nadine y me dijo que eso es ridículo. Por cierto, ¿sabes qué dijo de ti? Que eras el militante más traidor,  falso y malagradecido que hemos tenido. Yo le dije ahí mismo que estaba totalmente equivocada.

OCH: Qué bueno.

OH: Tú nunca has sido militante.

OCH: Caramba, por lo que veo “la jefa” está molestísima conmigo.

OH: No hables así Omar. Aquí nadie le dice “jefa”.

OCH: Por dignidad.

OH: No, por orden de Nadine.


Publicado en "El Otorongo" (Peru21 - 09.10.2015)

lunes, 5 de octubre de 2015

De Barbadillo a Harvard


En el  fundo Barbadillo, el expresidente Fujimori sale de su habitación, cruza la sala de estar, pasa junto a su taller de pintura y escultura, atraviesa la cocina, cruza la sala de visitas y sale, por fin, de su departamento. Luego camina a través de su jardín y de su huerto y ahí saluda a su hijo Kenyi quien acaba de llegar a visitarlo. Se saludan y hacen el camino de retorno.

-Pasa, pasa Kenyi.

Kenyi ingresa y se sientan en la sala de estar. El expresidente hace lo propio.

-¿Y qué me cuentas? ¿Cómo va el Congreso?
-Bien, apá, nos pagan puntualmente.
-Eso está bueno. ¿Y qué es de Keiko? Pensé que iba a venir contigo.
-Se ha ido a la Universidad de Harvard.

Fujimori movió la cabeza a los lados.

-¿Y ahora cómo va a hacer? No creo que Vladi le quiera seguir pagando los estudios.
-No, apá, se ha ido porque va a dar una charla.
-¿Una charla? ¿Y Keiko qué charla puede dar?
-Tú sabes, es un evento para que hable de política nada más.
-Ah bueno, me da curiosidad. A ver, fíjate en internet para verla.
-Ay apá, qué aburrido.            
-Vamos Kenyi, haz caso a tu padre. A ver si aprendes algo de tu hermana.

Kenyi se ríe nerviosamente, luego su rostro se agrava.

-Apá, por si no te acuerdas, yo fui el congresista más votado en las últimas elecciones.
-¿El más votado?
-Sí.

Fujimori amplió su rostro con una sonrisa franca.

-Es cierto,  fuiste el que sacaste más votos.
-¿Ya te habías olvidado?
-Ya me había olvidado que estábamos en el Perú.

Kenyi miró a su papá.

-Entonces ¿vemos a Keiko?
-Claro.

El hijo de Fujimori trajo la laptop de la habitación de su padre y la puso en una mesa frente a ellos. La encendió y se quedó viéndola.

-Supongo que tú sabes de esto, ¿no? –dijo Fujimori.
-Sí, claro –dijo Kenyi- es que esta página no la conozco. ¿Qué querrá decir “google”?

Minutos después, por fin,  logran ver en directo a Keiko en Harvard.

-¿Quién está moderando?
-Ese es Levitsky.
-Ese tipo no nos quiere mucho.
-Escucha, apá, Keiko está hablando sobre tu gobierno.

“Cometimos errores graves (...), aprendimos de ellos y no permitiré que jamás vuelvan a repetirse"

-¿Qué cosa dice? ¿Errores en mi gobierno?



Kenyi sonríe forzadamente.

-No, apá, debe ser la señal que no se le escucha bien.
-Pero yo la escucho bien y ha dicho que mi gobierno fue un error.
-No, ha dicho que hubo errores en tu gobierno.
-Es lo mismo. Ahora creo que mi error fue poner a tu hermana de primera dama.
-Apá, escucha a Keiko, va a hablar sobre la Comisión de la Verdad.

"El trabajo de la CVR ha sido positivo para el país"
Fujimori se puso de pie de golpe y se tomó la cabeza. Kenyi tampoco daba crédito a sus oídos.

-Pero qué le pasa a tu hermana. ¿Que la CVR ha sido positiva para el país? La CVR dijo que había indicios razonables para decir que soy responsable de asesinatos y desapariciones forzadas. Además, entre muchas otras cosas, dijo que mi gobierno fue uno de los momentos más vergonzosos de la historia del país.
-Asu –dijo Kenyi- ¿todo eso dijo?
-Claro, eso y más. Por eso es que siempre hemos estado en contra de ese informe.

“Condeno a los médicos y me solidarizo con las mujeres que sufrieron esterilizaciones forzadas"

-¿Esterilizaciones forzadas? –dijo Fujimori, mirando a su hija en la pantalla de la laptop-. Yo nunca he aceptado que se hubieran hecho esas cosas en mi gobierno.

"La re-reelección debilitó a las instituciones democráticas"

-Esto es demasiado –dijo Fujimori, volviéndose a sentar y poniendo su mano sobre el pecho.
-Apá, ¿estás bien?
-¿Que si estoy bien? Pero ¿no estás viendo a tu hermana criticar mi re-reelección? Si no fuera por los vladivideos seguro que seguiría siendo presidente.
-Pero apá…
-Apaga eso por favor. Ya no quiero escuchar más.
-Pero, apá, ese discurso es para los gringos nomás. Estoy seguro que…
-Te he dicho que apagues eso.

Kenyi se inclinó hacia la laptop y, otra vez, se quedó viéndola unos segundos.

-¿Que no sabes apagarla?
-Sí, claro –dijo Kenyi y bajó la pantalla de la laptop.

Entonces un silencio incómodo se instaló en medio de ambos. Kenyi miró a su padre.

-Apá, seguro es una estrategia para la campaña.
-No puede ser una estrategia porque el que dirige el partido soy yo.
-El partido sí, pero la campaña es otra cosa.

Fujimori miró fijamente a Kenyi.

-¿Tú piensas que está bien lo que ha dicho Keiko?
-Yo la verdad prefiero no pensar.
-Dios quiera que no le cueste mucho en la intención de voto.
-No creo, apá. Ya ves que la gente ni se fija en estas cosas.
- Ella tiene que ganar para que me indulte.
-Seguro que sí, apá.

Fujimori respiró hondo. Parecía hacer cálculos en su cabeza.

-¿Cuánto dices que tiene Keiko en la última encuesta?
-Está primera con 34%.
-¿34%?
-Sí, incluso algunos dicen que hasta podría llegar a ganar en primera vuelta.
-¿Y votan por ella solo por ser mi hija? –dijo y luego volvió a sonreír-. Me encanta la gente de este país.
-Es que no tiene rencor.
-Ni memoria. 


Publicado en la revista Velaverde Nº135