lunes, 28 de marzo de 2016

Alan: ¿el final?

El doctor Medina llega a la residencia e ingresa por la puerta trasera. Ahí lo recibe Jorge del Castillo.

-Doctor, gracias por venir a estas horas de la noche –dijo mientras lo guía dentro de la casa.
-No se preocupe –dijo Medina, siguiendo el paso de Del Castillo-. De modo que se trata de una emergencia.
-Exactamente doctor, ya no sabemos qué hacer. Está descontrolado.
-Entiendo, están preocupados por su seguridad.
-En realidad nos preocupa más la nuestra.

Del Castillo y el doctor Medina atravesaron la suntuosa sala y llegaron hasta la puerta de la biblioteca. El expremier la abrió y ambos ingresaron. El doctor Medina estaba tan impresionado con los numerosos estantes llenos de libros que apenas se dio cuenta de que estaba siendo observado con atención.



-Doctor Medina, un gusto conocerlo.

El doctor reacciona y voltea. Entonces vio a Alan García y le dio la mano.

-Bueno, yo los dejo –dijo Del Castillo.
-Anda nomás Jorge, ya te avisaré cuando el doctor tenga que irse.

Del Castillo sale de la biblioteca y cierra la puerta tras de sí. El doctor y García se sientan uno frente al otro.

-Doctor –dijo García- me han hablado mucho de usted.
-Ah bueno, pero no haga caso. La gente habla tonteras.

García amagó una sonrisa y luego entrecruzó los dedos de las manos.

-¿No tiene algo así como un diván? -preguntó el doctor.
-No, ¿es muy necesario?
-No, no tiene importancia.
-Mire doctor -dijo García- lo he llamado porque no puedo más con esta situación.
-Tranquilo, todo se va a solucionar.
-¿Usted cree?
-Claro, la cosa es que le ganemos a Uruguay y de ahí ya nadie nos para.
-Doctor, por favor, le estoy hablando de mi situación personal.
-Ah bueno, pero es que como todos hablan de la selección. ¿A usted no le gusta el fútbol?
-Un poco, pero en lo que sí soy bueno es en el Frontón.
-Bueno, empecemos. ¿Cuál es exactamente el problema?
-El problema es justamente ese. No sé lo que está pasando. ¿Ha visto las últimas encuestas?
-Sí, claro.
-Entonces habrá visto que en ninguna paso del quinto lugar.
-Bueno, en la encuesta de IDICE usted está segundo.
-Por favor, doctor, las encuestas de IDICE las hago yo mismo.
-¿Entonces su problema son las encuestas? Creo que se equivocó de profesional. Yo soy psicoanalista, no asesor político.

García sonríe apenas. Ahora pone sus manos sobre sus rodillas.

-Doctor, no sabe lo difícil que ha sido para mí llamarlo.
-Entiendo, no es fácil reconocer que uno necesita ayuda.
-No, es que no encontraba su teléfono por ningún lado.
-Bueno, ahora necesito que sea totalmente sincero conmigo.
-¿Sincero? ¿Yo?
-Bueno, tendrá que hacer un esfuerzo si quiere que lo ayude.
-Está bien.

El doctor Medina se reacomoda en el asiento y, recién entonces, saca de su maletín un lapicero y una libreta de notas.

-Dígame exactamente qué siente en este momento.
-Calor, doctor. Me muero de calor.
-Pero en el interior cómo está.
-En el interior mal, pero en Lima estamos peor.
-Olvídese por un momento de las elecciones. Le pregunto que cómo se siente interiormente.
-Mal, me siento mal, incomprendido, ignorado por la gente.
-Ya veo –dijo el doctor tomando notas-. Y siente que son injustos con usted.
-Eso mismo. El pueblo es injusto conmigo. Es cierto que en mi primer gobierno la embarré, pero el segundo fue mucho mejor.
-¿Y los narcoindultos?
-Pero doctor, ¿usted también me va a echar la culpa por eso?
-No, para nada. Al contrario yo creo firmemente que los malos hombres se pueden regenerar. Por eso estoy aquí.
-¿Cómo dice?

El doctor Medina abre los ojos  y deja de escribir.

-No me malentienda. Lo que digo es que estoy aquí para entender a las personas en general.
-Voy a creer en lo que dice doctor. Pero siento que hablamos y hablamos y no hemos logrado ningún avance.
-¿Cómo que no? Ya vamos 15 minutos y yo cobro por hora.
-Pero no hemos avanzado nada de mi problema.
-¿Y cuál es su problema?

García siente que la sangre se le sube a la cabeza.

-¡Maldita sea! Otra vez con la misma pregunta.

El doctor Medina lo mira imperturbable mientras García parece calmarse.

-Perdone doctor, es que ando muy sensible.
-No se preocupe, le volví a preguntar a propósito para ver qué tan susceptible está.
-¿Y cómo estoy?
-¿Cómo está de qué?
-¡Carajo! ¿De qué va a hacer? De lo que me está diciendo pues.

El doctor se muestra igual, como si el exabrupto no tuviera nada que ver con él.

-Perdóneme doctor –dijo García-. Es que me salgo de mis casillas.
-Tranquilo, lo sé, esa fue otra prueba.
-Vaya doctor, por favor ya no sigamos con sus pruebitas.
-No, no es necesario. En verdad usted está bastante mal.
-Es lo que le digo doctor. Estoy tan mal, tan deprimido que estoy a punto de cometer una locura, ya quiero terminar con esto de una vez.
-No me diga que está pensando en…
-Sí, doctor, cada vez estoy más convencido de eso. Además, el pueblo no me va a extrañar.
-Pero, ¿qué dice? ¿Y su familia?
-Ellos serían los más felices.
-¿En serio?
-Claro, si renuncio a mi candidatura podría pasar más tiempo con ellos.
-Ah ya, usted hablaba de renunciar a ser candidato.
-Claro doctor. Pero no sé si tenga el valor de hacerlo.
-Mire, usted está pasando por una crisis de negación. No quiere aceptar que la gente ya no confía en usted.
-Eso lo sé. Pero lo que no sé es por qué. Si yo siempre los he tratado casi como si fueran mis iguales.
-Bueno, no se puede tener todo en la vida.
-Eso será para los seres simples, doctor. Yo he gobernado dos veces este país y quiero hacerlo una vez más.

El doctor Medina lo mira con atención, hasta parece ser una mirada piadosa.

-Mire, tiene que relajarse. Mi consejo profesional es que abandone la campaña y se tome unas largas vacaciones alejado de la política.
-Como le dije, lo he pensado, pero no lo puedo hacer. No puedo doctor.
-Bueno, ese es mi consejo. Hágalo y verá lo bien que eso le va a hacer no solo a usted.
-¿Habla de mi familia?
-No, hablaba del país.



Publicado en la revista Velaverde Nº156

lunes, 21 de marzo de 2016

El factor Mark


Son las 10 de la mañana del viernes 18 de marzo. Estoy esperando que llegué la persona que logré contactar gracias al amigo de una amiga. Él tiene información sobre lo que pasó durante un concurso organizado por Factor K en el Callao. Por este evento el JNE ha abierto un proceso de exclusión a la candidata Keiko Fujimori.

Llevo 20 minutos esperando y ya me terminé mi segundo vaso de jugo de naranja. Pero ya veo que viene, lo distingo por su foto del Facebook. Lleva unos pantalones anchos, un polo enorme y una gorra. Alzo la mano para que se acerque.  Me saluda un poco desconfiado. Le digo que pida lo que quiera. Pidió un jugo de fresa y un sándwich de chicharrón.

-¿Tú eres el periodista?
-Sí, claro.
-Mi causa me dijo que me iba a caer un billete.
-Te llamas Juanjo, ¿no?
-Sí.
-Mira Juanjo, nosotros no pagamos a los entrevistados.
-A mí me dijeron otra cosa.
-Mira Juanjo, a mí también me dijeron otra cosa.
-¿Qué cosa?
-Que estabas descontento con el trato que te habían dado en Factor K y por eso estabas dispuesto a hablar.

Juanjo me miró con curiosidad un par de segundos. Cogió la visera de su gorro y la bajó un poco.

-Sí, es verdad, a mis amigos y a mí nos prometieron que nos iban a dar dos billetes de 50 a cada uno si íbamos ese día y gritábamos por Keiko.
-¿Y no cumplieron?
-No, nos dieron un billete de 100. ¿Te puedes imaginar eso? ¿Quién nos iba a cambiar un billete de 100 soles?
-Pero me dijeron también que no solo fuiste a gritar por Keiko sino que ya llevabas tiempo trabajando con Factor K.
-¿Trabajando? Hasta donde sé si trabajas te pagan.
-Entonces, ¿no te pagaban?
-No, bueno al comienzo sí, pero después ya la cosa fue cambiando. Creo que el hombre se cansó de gastar o algo así.
-¿Quién?
-Había un nombre que era el que nos decía qué hacer.
-¿Cómo se llamaba?
-A ver…era uno que no hablaba bien el español.
-¿Acuña?
-No.
-¿Kenyi?
-No, ya me acordé. Matt o Mack, algo por ahí.
-¿No será Mark?
-Sí, Mark. Un gringo con cara de no matar ni una mosca.



En seguida saqué mi celular y lo puse sobre la mesa.

-¿Te molesta si grabo la conversación?

Juanjo movió sus ojos a un lado, dio un suspiro y dijo que no moviendo la cabeza. Busqué la aplicación y empecé a grabar.

-Entonces Mark era el encargado del dinero.
-Sí, cuando había que pagarnos era él quien llegaba con un maletín y unos chalecos bravos.
-Entiendo, los chalecos eran para repartirlos también.
-No causa, no me entiendes. Chalecos pues, o sea seguridad, venía con dos grandazos, un par de roperos y cuando digo roperos no me refiero a los muebles.
-Sí, claro, ya entendí. Bueno, entonces el dinero de Factor K no venía de ese empresario fujimorista del que estaban hablando.
-No, lo traía el gringo ese.
-Pero algo no me cuadra, ¿por qué se arriesgaría tanto Mark a venir él mismo? Si la prensa lo hubiera visto habría sido un escándalo.
-Ah bueno no sé. Para mí que no confiaba en nadie más.
-Puede ser. De repente venía con algo para que no lo reconozcan.
-Bueno, venía con lentes.
-Claro, con lentes oscuros para disimular.
-No, con lentes de contacto.

Entonces el mozo llegó con el jugo de fresa y el sándwich pedido por Juanjo. Mi invitado no tardó en empezar con el jugo. “Le falta algo de azúcar”, me dijo algo decepcionado. Luego le dio el primer mordisco al pan con chicharrón y dijo: “No está mal”.

-A ver Juanjo, para ti hay alguna duda que el dinero que se entregó en el concurso era dinero del fujimorismo.
-Era dinero de Factor K.
-Ya sé eso.
-¿Entonces para qué preguntas?
-Mira Juanjo, me acabas de decir que Mark, el esposo de Keiko, le llevaba el dinero a la gente de Factor K.
-¿El gringo es el esposo de Keiko?
-Claro.
-No sabía. ¿Y cómo están? ¿Bien? ¿Qué tal se llevan como pareja?
-No sé Juanjo, no tengo idea. Pero no nos desviemos y retomemos. Mark le daba dinero a Factor K.
-Ya te dije que sí.
-Y con ese dinero es que se le pagó a los ganadores del concurso.
-Eso mismo.

Apenas terminó de responder, Juanjo dio otra mordida al sándwich. Yo enmudecí unos breves segundos, mientras terminaba de saborear la primicia.

-Bueno Juanjo. Con esto vamos a tumbar a Keiko. El JNE la tendrá que sacar de carrera.

Entonces Juanjo casi se atora. Tosió un par de veces y me miró serio.

-¿Qué dices?
-Nada Juanjo, no me hagas caso.
-¿Cómo que nada? Es verdad que estoy molesto con la gente de Factor K, pero con Keiko es otra cosa. Yo quiero que me paguen lo que me deben, pero quiero que gane Keiko. 
-¿Puedo saber por qué?
-No, causa, no puedes. No tengo por qué darte explicaciones.
-Tranquilo Juanjo, solo era una pregunta.

Entonces, de pronto, Juanjo se puso de pie.

-Hazte de cuenta que no he dicho nada. No te conozco y no pongas mi nombre ni nada de lo que te he contado.
-¿Y si te cambio de nombre? Nadie sabrá que fuiste el que me contó lo de Mark.

Juanjo negó con la cabeza.

-No te conozco y no me conoces.

Entonces se tomó lo que quedaba del jugo, cogió el último pedazo del pan y se fue. Mientras lo vi partir y dejar el local, muchas interrogantes vinieron a mí. ¿Debo publicar la entrevista? ¿Debo tratar de conversar con otro miembro de Factor K? ¿Debo dejarle propina al mozo?

Pese a todo decidí publicar nuestra conversación. Todo lo dicho aquí es verdad salvo, desde luego, la identidad de mi informante involuntario. Por lo que, como se pueden imaginar, Juanjo en realidad no es Juanjo y, para ser totalmente sincero, al jugo no le faltaba azúcar; bueno, quizá un poquito. 


No nos escriben, pero igual contestamos (Guzmán)

Señores del Otorongo:  
                
Les escribe el candidato morado. Sí, dije candidato. No me importa que el JNE haya declarado improcedente mi candidatura; después de todo, ¿qué sabe el JNE de estas cosas? Es verdad que no me han elegido ni como presidente de mesa, pero eso no me afecta. Lo que importa es lo que diga el pueblo y el pueblo me reclama, me dice: ¿por qué diablos no te inscribiste bien? Pese a todo yo sigo en carrera. Acabo de presentar una medida cautelar ante la Corte Interamericana de DD.HH. Para ganar tiempo ya no estoy solicitando que me restituyan como candidato, sino que de frente me declaren presidente.

Atentamente,
Julio Guzmán.

Rpta: Señor Guzmán, celebramos su espíritu combativo, sus ganas de no perder y su locura. Le recomendamos que acepte la realidad o un buen psiquiatra. Igual es libre de volver a postular el 2021. Eso sí, un consejo de pata,  por favor, ¡qué le cuesta!,  lea bien su estatuto. 


Publicado en El Otorongo (17.03.2016)

viernes, 18 de marzo de 2016

El diario del Oto (Fujimori y las marchas)

Querido diario:

Te cuento que vengo de una de las marchas antifujimoristas. Fui para ver cómo iba a la cosa, pero tengo que confesarte que no había ambiente. Todo muy aburrido, nada de enfrentamientos, ni bombas molotov, ni disparos, ni bombas lacrimógenas, ni siquiera un poquito de sangre, nada. Y eso que, según los fujimoristas, todos eran terroristas.



Ayayay. Esta protesta me hizo recordar lo que pasó en julio del 2000. Yo me estaba alistando para salir, cuando un amigo me llama y me dice que lo acompañe  a la Marcha de los 4 suyos. “Tienes una cita impostergable con la historia”, me dijo. Y yo le dije que no podía porque, en verdad, la cita impostergable la tenía con el dentista; pero al final acepté. Recuerdo a esa inmensa masa de gente y recuerdo a Toledo, cuando Toledo era líder y valiente, o sea, antes de  Ecoteva. Tuvimos suerte que no nos pase nada. Y es que en la época de Fujimori la cosa era seria. Un día podías estar marchando y gritando a todo pulmón: “Fuera chino rata” y unas horas después, gracias a la capacidad ejecutora del gobierno,  una rata se podía estar comiendo tu pulmón.

Ahora estamos en 2016. Fujimori padre está hacinado en su prisión de 800 metros cuadrados, Keiko lidera todas las encuestas y, lo peor de todo, Lapadula no quiere venir a la selección. Verdad, esto me ha hecho recordar que la próxima semana Perú volverá a jugar. Ese día todos vamos a querer ganarle a Venezuela; creo que Verónika también. Además, se trata de un partido clave. En esto Gareca ha sido muy claro: “O ganamos este partido, o lo perdemos”.

Ya está. No sigo más, es hora de comer, dormir e hincar como ninguno.

Don Oto. 


Fuente: El Otorongo (18.03.2016-Peru21)

martes, 15 de marzo de 2016

¿Y ahora qué se viene en las elecciones?

El reconocido experto en marketing político Martín Valencia volvió a Lima para otro evento electoral. Aprovechando su estadía fuimos a su encuentro para conocer su opinión respecto a los últimos eventos ocurridos en nuestro impredecible escenario electoral.



Buenas tardes, señor Valencia. ¿Está al tanto de lo que viene pasando en nuestro país? De toda la controversia que se ha suscitado.
Sí, desde luego.

¿Y qué opina?
Bueno, mi opinión es que si Lapadula no quiere venir a jugar que no venga.

Usted se equivoca
Oiga, respete a Lapadula.

No, le estoy hablando de las elecciones presidenciales. El JNE sacó de carrera a Guzmán y a Acuña. Entonces, ¿quién se beneficia?
El Perú.

¿Tan malos candidatos son? ¿No exagera al comparar a Guzmán con Acuña?
Sí, creo que tiene razón. Le pido disculpas a Acuña.

Está claro que usted no cree Guzmán sería buen presidente.
Bueno, esa es mi percepción, pero mi visión es distinta. Soy un extranjero.

¿Y Acuña?
No, él es peruano.

Pero ¿qué opina de él?
Bueno, yo creo que en el fondo a Acuña no le disgustó mucho que lo hayan retirado. Era evidente que el apoyo que tenía se había reducido considerablemente.

¿Entonces no le ve futuro?
Al que no le veo futuro es a PPK.

Pero al contrario, según las encuestas, luego de la salida de Guzmán y Acuña, PPK es uno de los más beneficiados. ¿Cómo ve esa candidatura?
PPK tiene la  oportunidad de llegar a la segunda vuelta. Y yo creo sí lo puede hacer. Es cuestión que se cuide mucho nomás. Hay unas vitaminas muy buenas para que se mantenga en forma.

Hablemos de Barnechea. El candidato de Acción Popular ha venido subiendo en las encuestas y ya hay muchos que lo ven en una segunda vuelta. ¿ Cómo lo ve usted?
Yo lo veo en primera vuelta. Pero es cierto que tiene grandes posibilidades. También es uno de los favorecidos.

Algunos que le critican que divaga mucho en sus respuestas.
Lo que pasa es que él es un hombre culto. Y, bueno, suele recordar antecedentes históricos y luego contextualizar el presente antes de responder preguntas tan profundas como: ¿a qué hora es el mitin?

¿Pero no cree que esa visión de hombre instruido y conocedor lo aleja del pueblo?
Definitivamente.

¿Pero de alguna forma esa imagen no atrae también al pueblo?
Desde luego que sí.

¿Igual sería bueno que cambie su lenguaje no?
Por supuesto.

Señor Valencia, me parece o solo me está siguiendo la corriente.
Sin ninguna duda.

Mire, mejor pasemos a la siguiente candidata. Veronika Mendoza también ha tenido un ascenso importante. ¿Usted cree que sus declaraciones sobre Venezuela le van a traer problemas?
En Venezuela no. Al contrario, Maduro estaría feliz de recibirla.

Pero en el plano local. ¿Eso le pone de por sí un tope a su intención de voto?
Es posible, pero también es posible que no.

¿Usted cree que se puede comparar a Venezuela con el Perú?
No, para nada. Si bien es cierto ellos tienen a Arango, ustedes tienen a Paolo Guerrero.

Señor Valencia, estamos hablando de las elecciones.
Sí, claro.

Hablemos de Alan García. Según las encuestas, el candidato aprista solo podría aspirar a pasar la valla electoral. ¿Usted cree que hay posibilidad que García llegue a la segunda vuelta?
Bueno, si se concentre en su campaña, si procura acercarse más al pueblo, si se muestra más humilde y si el JNE saca a todos los demás candidatos, podría ser.

¿Tan mal lo ve?
Es que la gente está cansada de García. Yo creo que hasta él está cansado de sí mismo.

¿Usted piensa que el elector joven tiene otras expectativas? ¿Acaso el problema es de generación?
¿De degeneración? No creo que sea para tanto.

No, le digo que si los jóvenes ya se cansaron de su propuesta.
¿De la mía?

Ya pues señor Valencia, le hablo de la propuesta del Apra. ¿Le parece que la juventud de ahora no engancha con el Apra?
No, yo creo que los jóvenes están cansados de ser engañados por los mismos de siempre; ahora quieren mentiras nuevas.

Hablemos de Toledo. Si Alan García está en una situación preocupante, Toledo ya prácticamente está fuera de competencia. Su porcentaje es mínimo.
Toledo es un caso particular. ¿Usted recuerda lo que le pasó a Vargas Llosa en las elecciones del 90? Bueno, pues eso no tiene nada que ver. La verdad es que Toledo perdió está elección desde el día que se formó la empresa ECOTEVA.

¿Usted creo que le conviene retirarse?
Eso depende. ¿Cuál será su AFP?

Me refiero a que si lo mejor para él es renunciar a su candidatura.
Sería mejor que renuncie a ECOTEVA.

¿Entonces no le ve posibilidad alguna?
¿En estas elecciones? No, ninguna.

¿Y qué decir de los demás candidatos?
Yo creo que a un mes de las elecciones, los que tiene menos de 2% ya deberían irse.

¿Nano Guerra-García?
Nano está más “nano” que nunca. Su porcentaje apenas si se ve.

Caramba, me estaba olvidando de la candidata principal: Keiko Fujimori.
Bueno, yo creo que nos olvidamos de ella porque ya consideramos un hecho que va a pasar a la segunda vuelta.

¿No hay duda de eso?
Ninguna.

¿Y ganará?
Es una buena pregunta que me hace pensar en otra: ¿Lo que necesita el Perú es otra vez a Fujimori?

¿A qué Fujimori se refiere? ¿A la hija o al padre?
A cualquiera, ¿acaso no son lo mismo?


Publicado en la revista Velaverde Nº155

viernes, 11 de marzo de 2016

No nos escriben, pero igual contestamos (Urresti)


Señores del Otorongo:

Soy el candidato nacionalista. Les escribo por qué no sé lo que está pasando. El lunes  fui al local del partido y ya no estaba la portátil que me seguía. El martes fui y ya ni movilidad tenía. El miércoles ya no quisieron darme ni banderolas, ni gorras y hasta me quitaron el polo que tenía puesto. El jueves fui y hasta el local había desaparecido. Ese mismo día la congresista Solórzano dice que debería retirarme para salvar la inscripción. Y hoy viernes me voy a Palacio para hablar con Nadine y ni siquiera pude entrar. ¿Qué pasa? ¿Estoy perdiendo el apoyo del nacionalismo? No creo. Igual yo nunca me rindo. Además, yo no sé lo que significa la palabra “renunciar”; lo digo en serio, no sé qué significa. 

Atentamente,
Daniel Urresti.

Rpta: Señor Urresti, sospechamos que, como el resto del país, el nacionalismo ya no quiere saber nada de usted. Usted decide si se retira o si sigue, es decir, si sigue hundiéndose.


El Otorongo (Peru21-11.03.2016)

lunes, 7 de marzo de 2016

Guzmán: el libertador de dinosaurios

En un salón privado del Hotel Bolívar, Guzmán, su vicepresidenta Lizárraga y el personero de Todos Por el Perú (TPP) están reunidos. El Jurado Electoral Especial acaba de anunciar que aceptaba una tacha contra Guzmán y declaraba improcedente su candidatura.



-Bueno –dijo Guzmán- ¿qué tan grave es esto?
-A ver, ¿cómo decírtelo? –dijo Lizárraga- Imagínate que somos músicos.
-¿Músicos?
-Sí, pero músicos del Titanic.

Guzmán se toma la cabeza, la mueve a los lados y luego mira al personero.

-¿Y tú qué dices?
-Imagínate que estás navegando en un barco.
-Sí, ya sé que me vas a decir, que me imagine que estoy en el  Titanic.
-No, en el Huáscar.

Guzmán entonces tiene un devaneo. Luego camina lento y tambaleándose hasta llegar a una silla.

-Mira Julio –dijo Lizárraga- la cosa está peor que antes. Si quieres que sea sincera contigo…
-No, no quiero –dijo Guzmán, poniéndose otra vez de pie-. Lo que quiero es seguir con la campaña. No puede ser que no me dejen seguir. Después de todo lo que nos costó llegar hasta aquí.

-Eso sí –dijo el personero-. El tráfico para llegar al centro es terrible.

Lizárraga y Guzmán le lanzan una mirada severa.

-Mejor hazme un breve resumen de lo que ha pasado -dijo Guzmán.
-Es sencillo –dijo el personero-. Mire, el JEE dijo que nuestra inscripción no se hizo bien, lo cual es cierto, pero ese es otro tema; luego apelamos pero el JNE dijo que no teníamos razón, lo cual es verdad, pero eso no tiene nada que ver aquí; y luego el JEE nos dice que ya, que normalazo, que sigamos, luego viene una tacha y ahora el JEE dice que no seguimos, que ya fuimos, que no los llamemos, que ellos nos llamarán, y ahora vamos a apelar al JNE. Pero tú tranquilo, aunque el JNE nos diga chau, igual podrías postular.
-¿En serio?
-Claro, pero el 2021.

Guzmán voltea la mirada hacia Lizárraga.

-Carolina –dijo Guzmán- ¿puedes resumirme todo eso?
-Mira Julio, todo queda en manos del JNE y, según mis contactos, otra vez fallarán en contra nuestra. Y ahí sí ya no podemos apelar.
-No –dijo el personero-. Todavía podemos apelar.
-¿Ah sí? –dijo Guzmán-. ¿A la corte suprema? ¿A La Haya?
-No, a Dios nuestro señor.

De pronto, el candidato de TTP se desmaya. Si no fuera porque Lizárraga y el personero lo ayudaron, se hubiera caído de bruces al suelo. Entonces lo llevan otra vez hasta la silla de donde se había levantado.

-¿No te parece raro? le dijo el personero a Lizárraga.
-¿Qué?
-¿No ves que se ha desmayado pero tiene esa sonrisa impostada de guasón?
-Debe ser un reflejo, pero no vuelvas a decir eso del guasón.
-Pero si todos lo dicen.
-Ya, pero él no lo sabe y mejor que no lo sepa.

Lizárraga se acerca a Guzmán y da unas palmadas en el rostro para que reaccione. El candidato, a duras penas, va abriendo los ojos.

-¿Qué pasó? –dijo reaccionando.
-Nada, Julio –dijo Lizárraga-. Sufriste un desmayo.
-Ya recuerdo…ya recuerdo. Me dijeron que mis oportunidades son nulas.

Lizárraga y el personero asintieron.

-Vamos paso a paso –dijo Lizárraga-. Primero hay que ver qué vamos a decirle a la prensa.
-¡Fraude!
-¿Fraude? –dijo Lizárraga.
-No me parece que esto sea un fraude –dijo el personero.
-Tienes razón –dijo Guzmán- es más que eso. Es como un golpe a la democracia, un intento de destruir nuestro país y a Ciudad Gótica.

Lizárraga miró al personero y le advirtió, con el dedo mayor levantado, que no haga ningún comentario.

-Y vamos a llamar a las masas –siguió ensimismado Guzmán-. Vamos a convocar a una gran movilización para evitar que ocurra la tragedia de que no pueda postular. El país no puede darse el lujo de no tenerme como presidente.
-Mira Julio –dijo Lizárraga-. Hay que tomar las cosas con calma. Mejor esperemos a que el JNE nos saque definitivamente para hacer una marcha.
-No, Carolina –dijo Guzmán-. ¿No te das cuenta que somos los elegidos? Todo esto que nos pasa es porque las fuerzas del mal están en nuestra contra.
-¿Ah sí? –dijo el personero-. ¿Que no era porque nos inscribimos mal y no cumplimos nuestro propio estatuto?

Guzmán parece no escuchar nada y siguió hablando.

-Entonces hay que convocar a la prensa. Vamos a llamar a la insurgencia, a derrocar a este gobierno caduco y corrupto, a este sistema que nos maneja a su antojo. Eso ya se acabó.
-¿Estás seguro Julio? Si dices todas esas cosas en la tele te vas a ganar muchos enemigos. Además, algunos pensarán que estás…
-¿Que estoy qué?
-¿Le digo? –dijo el personero.
-Algunos pensarán que estás loco –dijo Lizárraga.
-¿Loco yo? Olvídate Josefina, estoy más cuerdo que nunca. El país me necesita y ni loco lo voy a defraudar.
-De acuerdo, aquí podemos discutir pero cruzando la puerta somos una sola voz –dijo Lizárraga.
-Eso mismo.
-Estoy de acuerdo –dijo el personero.
-Te dejo Julio, voy a ver lo de conferencia de prensa. –dijo Lizárraga.
-Yo también me voy, de todas formas hay que presentar la apelación y tengo que prepararla.

Luego que ambos se fueron, Guzmán se asomó por la ventana que daba a la Plaza San Martín. Se quedó mirando el monumento al libertador.

-Lo que es la vida San Martín. Tú que nos diste la independencia estás ahí, solo, víctima de la intemperie y del excremento de paloma. ¿Y yo? Que seré una leyenda porque voy a liberar al país de los dinosaurios, ¿dónde me pondrán? ¿Dónde pondrán mi estatua? ¿En la Plaza de Armas o en el Parque de las Leyendas? ¿Dónde, Josefina, dónde?


Publicado por Velaverde Nº153