César Nakazaki:
Aló, Karelim.
Karelim López: Sí,
dígame. ¿Qué licitación hay que arreglar?
CN: ¿Cómo dices?
KL: Ah, doctor,
perdone. Me confundí. Usted sabe, la costumbre.
CN: No me
preocupes, Karelim. Yo creo en tu inocencia.
KL: Si usted lo
dice.
CN: A ver,
cuéntame, ¿viste que la Contraloría detectó irregularidades en la licitación
que gestionaste?
KL: ¿Ah, sí? Pero
eso es imposible.
CN: ¿En serio? ¿Es
imposible que haya habido irregularidades?
KL: No, es
imposible que las hayan detectado.
CN: Karelim, tú
me aseguraste que eras inocente.
KL: Y usted me
aseguró que nadie notaría que mi prueba Covid-19 era falsa.
CN: Bueno, era
importante ganar tiempo para preparar tu declaración. Más bien, cuéntame, ¿cómo
te fue en el Congreso?
KL: Bien, hice lo
que usted me dijo. No respondí nada.
CN: ¿Nada?
KL: Nada de
nada. Ni siquiera respondí cómo me llamaba. Todo el tiempo apele a mi derecho
al silencio.
CN: Bueno, quizá
exageramos un poco.
KL: ¿Por qué lo
dice?
CN: Te habían
llamado como testigo, pero ahora creo que te llamarán como investigada.
KL: Pucha,
doctor. ¿Y eso cambia algo?
CN: Claro,
cambia algo vital, algo de suma importancia.
KL: ¿La
estrategia legal?
CN: No, mis
honorarios.
Fuente: El Otorogo (Peru21)