Periodista: Señor presidente, ¿por qué el empresario
que lo visitó obtuvo una licitación de 74 millones de dólares?
Pedro Castillo: Eso no puede ser.
P: ¿Me va a decir que no sabía?
PC: A mí me dijo que era de 80.
P: ¿Pero se da cuenta de lo que ha hecho?
PC: Claro, un ahorro de 6 millones.
P: Señor presidente, ¿por qué no quiso que el fiscal
entre a su despacho?
PC: Porque estaba muy desordenado. Qué vergüenza.
P: ¿Y usted espera que la gente se crea eso?
PC: Es la verdad. La señora de la limpieza no vino.
P: Señor presidente, me sorprende este nivel de
excusas.
PC: Tiene razón. Está claro que nos equivocamos. Nos
faltó mucho más…
P: ¿Transparencia?
PC: No, imaginación. Hubieras inventado algo más
creíble.
P: Lo que usted ha hecho es obstrucción a la
justicia.
PC: Ni tanto. Acabo de pedirle al fiscal que levante
el secreto bancario, tributario y telefónico.
P: ¿El suyo?
PC: No, el de él.
P: ¿Y eso por qué?
PC: No le tengo confianza. Parece una persona honesta.
P: Señor presidente, ¿no haría, al menos, alguna
autocrítica?
PC: La
haría, pero no soy el indicado.