En torno a la entrevista ofrecida por el presidente a la CNN:
1. El aprendizaje basado en el ensayo y error tiene una larga tradición
científica. Que el presidente Castillo haya decidido insistir, estos seis meses,
solo en la parte del error es un hecho atribuible a la prensa, a la oposición,
a todo los excandidatos presidenciales y la derecha del Perú. A todos menos,
por supuesto, a él. Pero no hay de qué preocuparse, todavía queda mucho país para
que pueda seguir aprendiendo.
2. Es comprensible que el periodista se sorprendiera de que Karelim López
-una perfecta desconocida- haya organizado la fiesta de cumpleaños de la hija
del presidente. Este señor desconoce que en nuestro país es una tradición que
cualquier peruano organice celebraciones, fiestas y todo tipo de cuchipandas en
Palacio de Gobierno. Y todo ello con la presencia del presidente y sin que este
sepa lo que está pasando. Esto es, pues, cosa de todos los días.
3. Respecto a la salida de Bolivia al mar, el presidente Castillo se ha
limitado -li-mi-ta-do- a desearle a los bolivianos una pronta solución a su
histórica demanda. Contrario a lo que se ha dicho, el presidente jamás podría ofrecer
nuestra soberanía porque no sabe qué significa. Es verdad que prometió hacer un
referéndum para preguntar la opinión de los peruanos, pero, seamos francos, ¿alguien
puede creer en sus promesas?
4.Finalmente, rechazamos el desempeño del mencionado periodista. No
satisfecho con bombardear con preguntas a nuestro presidente recurrió también -qué
tal vileza- a las repreguntas. La Cancillería no descarta declararlo persona
non grata. Al periodista, se entiende.