Francisco Sagasti: Aló, José.
José Elice:
Aló, señor presidente de la República.
FS: Vamos, hombre. Déjate
de formalidades. Dime “señor presidente” nomás.
JE: De acuerdo.
FS: Mira, José, el
ministro del Interior acaba de renunciar.
JE: ¿Otra vez?
FS: No, es la
primera vez que renuncia.
JE: Me refiero a que otra vez te has quedado sin
ministro.
FS: Ah, eso sí. Por eso te estoy llamando.
JE: Entiendo,
quieres que lo convenza de volver.
FS: No, te necesito a ti en ese ministerio.
JE: ¿Quieres que
vaya a traer algo?
FS: No, José, lo
que quiero es que tú seas el próximo.
JE: ¿El próximo
renunciante?
FS: No, el próximo
ministro.
JE: ¿No es lo mismo?
FS: Mira, José,
entre la gente del partido tenemos que apoyarnos. Acuérdate que te nombré secretario
general de Palacio.
JE: En eso tengo
experiencia, pero, ¿qué sé yo de la Policía?
FS: ¿Tú no has sido
oficial? ¿No has sido mayor?
JE: No, yo he sido Oficial Mayor, pero del Congreso.
FS: Bueno, es más o
menos lo mismo. ¿Aceptas?
JE: No sé.
FS: Mira, acabo de
recordar un poema preciso para este momento. No te preocupes, no me tomará más
de 10 minutos. Dice así…
JE: Acepto.
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