viernes, 31 de julio de 2015

Chuponeo S.A. (AG-JDC)


Alan García: Aló Jorge, ¿ya viste la última encuesta de PPK?

Jorge Del Castillo: ¿No será de GFK?

AG: Como sea. Se ha atrevido a poner a PPK como segundo y pasarme al tercer lugar. A ver dime, ¿qué tiene PPK que no tenga yo?

JDC: Bueno, mucha gente piensa que PPK es una persona  honesta y capaz.

AG: ¿Y qué piensan de mí?

JDC: Capaz no quieras saber.

AG: Dime nomás.

JDC: Bueno, la encuesta dice que la mayoría de peruanos piensa que eres corrupto.

AG: ¿Y el resto?

JDC: El resto no piensa.

AG: Para tal caso todos tenemos nuestras cosas. PPK no puede ser un santo. Algo oscuro debe tener.

JDC: Puede ser, pero la gente no lo percibe.  Que yo recuerde la última vez que se le relacionó a PPK con algo corrupto fue cuando salió en una foto contigo.

AG: ¿No exageras? Recuerda que el Poder Judicial nunca me pudo culpar de nada.

JDC: Porque nunca te pudo investigar por nada.

AG: Pero Jorge, así y todo gané las elecciones del 2006. 

JDC: Y también puedes ganar el 2016. Solo tienes que llegar a la segunda vuelta con un candidato resistido. Con Keiko, por ejemplo.

AG: ¿Y PPK no será resistido por su edad?

JDC: ¿Tú dices que quizá por su edad no resista?

AG: No, me refiero a qué pasa si PPK y yo pasamos a la segunda vuelta. ¿Tengo opción?

JDC: Tienes la opción de retirarte. Espera, espera, un asistente me acaba de traer una encuesta que encargamos nosotros. Aquí dice que le ganas de lejos a PPK, incluso sacas a Keiko del primer lugar.

AG: Vaya, me tranquilizas Jorge. ¿Y dónde se hizo la encuesta? ¿A nivel nacional?

JDC: No, Alan, por presupuesto solo fue localmente.

AG: Solo en Lima entonces.

JDC: No, localmente. En el local de Alfonso Ugarte nomás.


Publicado en El Otorongo (Peru21-31.07.2015)

martes, 28 de julio de 2015

Toledo en su laberinto

En el local de Perú Posible, el expresidente Alejandro Toledo, está caminando de un lado a otro en su oficina. Sentado en uno de los sillones del lugar, su abogado revisa compulsivamente varios documentos sobre el tema de Ecoteva.



-Bueno, doctor, dígame la verdad. ¿Ve alguna salida para mí?
-Eso depende, ¿le dice algo el nombre del Chapo?
-Vamos doctor, pero ¡qué me está diciendo!
-Mire señor Toledo, ¿usted me va a pagar para que le diga la verdad o para que le diga lo que quiere escuchar?
-Yo no le voy a pagar.
-¿Cómo dice?
-Digo que yo no le voy a pagar, sino el partido.
-Ah bueno.
-Dígame entonces, ¿cuál es mi situación?

El abogado deja de lado los papeles y se queda contemplando a Toledo.

-Señor Toledo, esto realmente puede complicarse.
-Qué injusticia. Después de todo lo que hice por la democracia, ahora me quieren meter preso por mi candidatura presidencial.
-No, por lavado de activos. Creí que lo sabía.

Toledo se detuvo y miró al abogado. Estuvo punto de hablar cuando su celular timbró en el bolsillo de su pantalón. Sacó el teléfono y lo pegó a su oreja.

-¿Sí?
-¿Señor Toledo? Buenas tardes,  le puedo hacer algunas preguntas.
-¿De qué Fiscalía eres?
-No, yo soy periodista. Disculpe, no me he presentado. Trabajo en Univisión.
-Ah usted es de la prensa extranjera. Quiero que sepa que yo respeto profundamente la libertad de expresión.
-Lo sé, señor Toledo. Por eso quisiera hacerle una entrevista sobre el tema de Ecoteva.
-Es una patraña y no voy a permitir que se dañe mi imagen.
-Exactamente, por eso mismo queremos que usted explique este caso.
-Con todo gusto.
-Me gustaría que me reciba en su casa.
-Claro, ¿en la de Camacho o en la de Las Casuarinas?
-¿Cómo? ¿No decía que la casa de Las Casuarinas no era suya sino de su suegra?
-Claro, claro, es de ella. Mejor lo espero en mi casa de Camacho.

Luego de colgar, el abogado le dijo que esa entrevista podría servir.

-Hay que aprovechar toda oportunidad para posicionar la idea de que te investigan solo por un tema político, para evitar su candidatura a la presidencia.

Al día siguiente, sentado en el estudio de su residencia, Toledo recibe los últimos retoques de la maquiladora. Frente a él, el periodista le anuncia que van a empezar.

-Señor presidente, de acuerdo a Ipsos, usted y Alan García son percibidos por la mayoría de peruanos como los más corruptos.
-No le permito.
-Pero le digo lo que dice Ipsos.
-No le permito a Ipsos.
-Pero Ipsos solo recoge el sentir de los peruanos.
-No le permito al sentir de los peruanos.
-Sin embargo, señor Toledo, hay un hecho real y concreto. Un juez lo acusa de lavado de activos, ¿qué tiene que decir al respecto?
-Que estoy muy decepcionado.
-¿De usted mismo?
-No, del Ministerio Público. Está clarísimo que lo que en el fondo quieren es evitar que vuelva a ser presidente.
-¿Quiénes quieren evitar eso? ¿Los peruanos?

Toledo se inclina hacia adelante.

-Oiga, parece que usted ha sido enviado por mis adversarios políticos.
-No, para nada, señor Toledo, pero es difícil de creer que usted no supiera de dónde sacó dinero su suegra para comprar la casa de Las Casuarinas.
-Pero le puedo asegurar que no lo sabía.
-Usted primero dijo que ese dinero había sido una indemnización que le habían dado a su suegra por ser víctima del Holocausto. 
-Esa fue mi primera respuesta.
-Pero eso no era cierto.
-Lo dije porque no sabía. 
-¿Porque no sabía la verdad?
-No, porque no sabía que se iban a dar cuenta.

En ese momento, el abogado, que estaba viendo la entrevista detrás de los camarógrafos, le hizo una seña a Toledo. El expresidente le pidió una interrupción al periodista y se acercó hasta su abogado.

-¿Qué pasa?
-Señor Toledo, acaban de pedir el embargo de todos sus bienes.

Toledo lo miró, sin signo de preocupación. El abogado lo vio sorprendido.

-Lo noto tranquilo.
-Es que no tengo por qué preocuparme, ya no tengo nada a mi nombre.
-Vaya, qué buena jugada. Espero nomás que el juez no sospeche nada.
-No creo.
-¿Y a nombre de quién está ahora sus bienes? ¿Eliane? ¿Chantal?
-No, de Ecoteva.


Publicado en la revista Velaverde Nº125

viernes, 24 de julio de 2015

Chuponeo S.A. (Keiko-Mark)


Keiko Fujimori: Aló Mark, ¿dónde estás?

Mark Vito: Aquí, Keikito, yendo donde mis amigos de IBM.

KF: Qué bueno. ¿Por un tema de trabajo?

MV: Sí, para que trabajen en mi vieja computadora que no anda bien.

KF: Ay Mark, a ver, dime, ¿qué has hecho toda la mañana?

MV: El monitoreo audiovisual para la campaña.

KF: ¿Cómo? ¿Otra vez solo has estado viendo la tele?  

MV: No pues Keikito, también he estado viendo Youtube.

KF: Dime Mark, ¿no ha pasado por tu mente buscar trabajo?

MV: Sí, pero ha pasado muy rápido.

KF: Y después no entiendes por qué te dicen mantenido.

MV: Es que no saber qué significando mantenido.

KF: Mantenido es una persona que vive a expensas de otra.

MV: ¿Cómo tú de mi suegro?

KF: Exacto…mmm…mejor no te respondo porque no es momento de pelearnos. Ahora lo importante es que tengas un trabajo.

MV: Pero no entendiendo por qué.

KF: Es que la prensa nos está atacando. Está insinuando que vivimos de lo que nos dejó la corrupción de los 90.

MV: ¿Y cómo lo supieron?   
     
KF: Eso no es nada. Además, están diciendo que pagué mis estudios con dinero de Montesinos. Y eso es mentira. 

MV: Claro, fue con dinero del Estado.

KF: Entonces Mark, tienes que buscar un trabajo aunque sea para disimular.

MV: Está bien Keikito, pero dime, ¿qué tan grave es esta denuncia?

KF: No sé, ¿por qué lo dices?

MV: ¿Acaso tendremos que trabajar de verdad y ganarnos la vida honradamente?

KF: No pues, Mark. Tampoco, tampoco.


Publicado en "El Otorongo" (Peru21 - 24.07.15)


lunes, 20 de julio de 2015

Crisis en Palacio

A pocos días de la elección de la mesa directiva, el presidente Humala, Fredy Otárola y Josué  Gutiérrez se encuentran en uno de los ambientes de Palacio de Gobierno.

-Bueno, señores, nos hemos reunido para hablar sobre la presidencia del Congreso. Alguien quiere empezar. A ver, Josué, ¿nos pones en autos?
-¿Cómo? ¿Ya se van? Si acabamos de empezar.



-No Josué –intervino la primera dama-. Ollanta te pide que nos pongas al tanto de cómo van las cosas.
-Ah ya, entiendo. Miren, la situación es la siguiente: Apristas y fujimoristas van a apoyar a Iberico.
-¿Y Vitocho? –preguntó Humala.
-No, no creo que Vitocho apoye a Iberico.
-Te estoy preguntando quién apoya a Vitocho.
-Ah bueno, no sé con exactitud pero tampoco podemos descartarlo del todo.
-¿Y nosotros cómo vamos?
-Bueno, podríamos estar mejor.

Humala mira a Nadine y ella se alza de hombros.

-¿Qué significa eso Josué? Se supone que tú eres el vocero de la bancada. Hablemos claro. ¿Cuáles son nuestras posibilidades de ganar?

Josué pasa saliva, alza las cejas y gesticula.

-Todavía no hemos perdido la elección.
-¿Lo dices porque tienes alguna esperanza de ganar?
-No, lo digo porque es la verdad. Todavía no hemos perdido la elección.

Humala y Nadine miraron a Otárola que había permanecido en silencio.

-Bueno, no les voy a negar que la situación es sumamente crítica –dijo Otárola-. Es importante mantener la presidencia del Congreso porque hay cosas importantes que se van a ver, como por ejemplo es el caso de la Comisión de Belaúnde Lossio.
-Vamos Freddy –dijo Nadine, con fastidio- ¿Vas a decirnos las cosas que todos sabemos? Para tal caso seguimos escuchando a Josué. Lo que necesitamos son  sugerencias para ganar la presidencia.
-Bueno, si eso quieren ahí les va mi sugerencia. Hay que convocar  a la vicepresidenta.
-¿Llamar a Marisol? Olvídalo. ¿Alguna otra idea?

Otárola negó con la cabeza y lanzó una mirada suplicante a Humala.

-Vamos Nadine –dijo Humala-. Piénsalo. Sería una buena decisión. Con Marisol podríamos recuperar varios votos.
-Es lo más seguro –dijo Freddy.

Luego Humala miró a Gutiérrez.

-Josué –dijo- A ver, ¿cuántos votos crees que podríamos recuperar si lanzamos a Marisol?
-Eso depende, ¿desde dónde van a lanzarla?

Otárola movió la cabeza.

-Vamos Josué, tampoco tienes que hablar así de ella.
-Pero es que no puedo creerlo. ¿En verdad van a lanzar a Marisol como candidata? ¿En serio?
-Ya ven –dijo Nadine-. Hasta Josué sabe que eso no puede ser.
-Claro que no –dijo Gutiérrez- Se supone que el candidato sería yo.
-A ver, a ver, ordenémonos –dijo Humala-. Es vital que mantengamos el control del Congreso. Freddy propuso a Marisol y creo que no es una mala idea.
-Pero yo creo que es una idea pésima así que olvidémonos de eso. –dijo Nadine.
-Pero Nadine….
-Pero nada Ollanta. Además, te aseguro que ella misma no aceptaría.
-En eso puede que tenga razón –dijo Otárola-. El año pasado la trataron tan mal. Le dieron la espalda para apoyar a Ana María.
-Ni me hagas acordar –dijo Humala-. Nos equivocamos de lejos con ella. Peor imagen no ha podido dar.
-Ella lo único que ha hecho es velar por nuestros intereses –dijo Nadine-. Así que no voy a dejar que la critiquen así.
-Exacto, yo opino lo mismo que la primera dama –dijo Gutiérrez- Que Ana María haya sido la peor presidenta del Congreso, sí ¿y qué? Que haya logrado niveles de incompetencia nunca antes visto, sí ¿y qué? Que ha dado vergüenza ajena varias veces…
-Ya Josué, mejor déjala de defenderla.
-Bueno –dijo Humala- nos urge tomar una decisión.
-Estamos contra el tiempo –dijo Otárola.
-Señor presidente, señora primera dama –dijo Gutiérrez-. Les aseguro que si me nombran como candidato para la presidencia del Congreso no se van a arrepentir.
-¿Quiénes no se van a arrepentir? –dijo Otárola- ¿Nosotros o la oposición?

Por un momento, se instala un silencio en el lugar.

-¿Y Nadine? –dijo Humala de pronto-. ¿Qué dices? ¿Nos la jugamos con Josué?

La primera dama demoró unos segundos antes de responder.

-Bueno, nunca pensé decir esto, pero habrá que hacer el intento. Josué…
-Sí, dígame –dijo Gutiérrez emocionado.
-¿Todavía tienes el número de Marisol?


Publicado en la revista Velaverde N°124

viernes, 17 de julio de 2015

Chuponeo S.A. (Ilán-Nadine)


Ilán Heredia: Aló Nadine. No sabes lo que ha pasado.

Nadine Heredia: ¿Qué paso? ¿Me descubrieron una nueva cuenta?

IH: No, peor que eso.

NH: ¿Me descubrieron dos nuevas cuentas?

IH: No, no es nada sobre ti, es sobre mí.

NH: Ah ya, pensé que era algo importante.

IH: No sabes, me llamaron al Congreso para interrogarme. Me parece injusto que me investiguen solo por ser tu familia.

NH: ¿Acaso no te están investigado por el dinero venezolano y tu relación con Belaúnde Lossio?

IH: Ah bueno, por eso también. Pero no sabes cómo me miraban desconfiados cada vez que respondía. No sé qué miércoles querían de mí.

NH: Querían la verdad.

IH: Ah bueno, solo que sea eso.

NH: A ver Ilán. ¿Recuerdas lo que te dije cuando empezamos a ser gobierno?

IH: Claro, los negocios llegan solos.

NH: No, eso no. Te dije que nos iban a querer acusar de muchas cosas, pero que debíamos actuar con mesura.

IH: Lo recuerdo, pero fíjate que tú también te ofuscaste y no te culpo. Pérez Tello cometió una bajeza, mira que preguntarle al gerente de Antalsis cuántas veces se había reunido contigo.

NH: Totalmente fuera de lugar.

IH: Exacto. ¿Dónde estamos? ¿Dónde está la gente de Manuela Ramos, de Flora Tristán? ¿No pueden desaforarla por eso?

NH: No sé, lo bueno es que hemos logrado un respiro al menos. 

IH: Perdóname Nadine, pero mientras tanto están destruyendo mi carrera.

NH: Tú tranquilo Ilán, mientras estemos en el poder tus negocios van a seguir.

IH: Caramba Nadine, ¿o sea que solo me va bien porque soy “el hermano de la primera dama”?

NH: No pues Ilán, tampoco te quites mérito.

IH: Gracias.

NH: También eres el cuñado del Presidente.


Publicado en "El Otorongo" (Peru21-17.07.15)

lunes, 13 de julio de 2015

Volando de Madrid a Lima

La vista del sol muriendo en medio de plácidas nubes lo tranquilizó. A través de la ventanilla del avión, Humala vio el espectáculo todavía celeste y sintió una paz que lo arropaba.

-Ollanta –dijo Nadine sentada junto a él, hojeando un periódico-, ¿puedes creer lo frívola que es la gente? Dicen que mi vestido no estuvo a la altura y que me perdí de vista en medio de los reyes.

Humala escuchó la voz de Nadine, pero pareció no entenderla.

-Ollanta, ¿me estas escuchando? –dijo Nadine, codeándolo.




Humala reaccionó. Abandonó la vista de las nubes y miró a Nadine.

-Perdona, Nadine, estaba pensando. ¿No sientes una tremenda paz aquí?
-Lo que siento es que no me haces caso. ¿Has leído esta nota donde me critican por mi ropa? ¿No te parece el colmo ya?

El presidente esbozó una sonrisa.

-¿Puedo saber de qué te ríes?
-De nada, Nadine. Es que te molestas por gusto. Ya no les hagas caso.
-Quizá tengas razón. Total tú no le has dado importancia a la caída de tu aprobación.
-¿Cuál caída? A ver, pásame el diario –dijo Humala y cogió el periódico del regazo de Nadine.

Humala pasó un par de hojas y encontró la noticia.

-Ni crean que me van a hacer caer. Yo voy a terminar mi gobierno.
-Dirás nuestro gobierno.
-Sí, claro, a eso me refiero.
-Vamos Ollanta, olvídate de eso y yo me olvido de lo del vestido.
-Pero no vas comparar pues. Esto de la encuesta es claramente una mentira para desestabilizarme.
-¿Y acaso lo de mi vestido no es una mentira? ¿O los que lo critican  tienen razón.

Ollanta se reacomodó en el asiento para voltearse y ver mejor a la primera dama. Respiró hondo, no solo para tomar aire, sino para demorar y quizá bajar el tono de su respuesta.  Pero no llegó a decir nada. En ese instante, el avión sufrió un duro remezón. Nadine se puso pálida y cogió la mano de Ollanta.

-¿Qué pasó?
-Nada –dijo Ollanta. Quédate tranquila. Esas cosas pasan.

De pronto, el aparato volvió a sacudirse, esta vez con mayor intensidad. Unos compartimentos ubicados en el techo se abrieron y dejaron caer unas mascarillas amarillas. Mientras las aeromozas invocaban a la calma, los parlantes despidieron la voz metálica del piloto: señores, señoras, estamos atravesando una turbulencia, les rogamos que se coloquen los chalecos y guarden la…. La voz se cortó de repente y la luz empezó a oscilar hasta apagarse del todo. En la oscuridad, la gente empezó a gritar y a todos les abordó la sensación de que el avión estaba cayendo sin control.

-Ollanta –dijo Nadine aprisionando el brazo de Humala-. Si no salimos de esta hay algo que quiero decirte.
-Cálmate Nadine. Todo va a estar bien.
-Escúchame.
-No, no tienes que decirme nada.
-Caracho, hazme caso, escúchame.

Los sollozos, lamentos y hasta rezos se escuchaban entremezclados mientras Nadine, aferrada al brazo de Humala, empezó a hablar.

-Estamos en este avión por mi culpa. Pese a lo que tu padre quería, tú no eras para esto. Si no fuera porque yo te dije que te unas a Antauro en Locumba, no habrías sido candidato, no habrías  sido presidente  y no estaríamos aquí. Todo por mi ambición, lo de Venezuela también. Todo ha sido mi culpa, por mí estamos a punto de estrellarnos, por eso, Ollanta, por eso yo te pido que me…

Nadine calló repentinamente, casi al mismo tiempo que la luz se restableció y el rumbo pareció retomarse. Entonces  la calma volvió casi tan rápido como se había ido.  La primera dama soltó el brazo de Humala y se reacomodó en el asiento. La voz del piloto se volvió a escuchar: señores, señoras, hemos pasado una fuerte e inesperada turbulencia, pero ya todo ha pasado.

-Nadine –dijo Humala- ¿Me parece o me ibas a pedir disculpas?

La primera dama, todavía no recuperada del todo, pareció seguir el mismo tono de la conversación, pero en seguida sus facciones se agravaron y del todo el  semblante.

-¿Yo pedirte disculpas a ti? ¿Por qué? ¿Por hacerte presidente? Por favor Ollanta, ¿Sabes dónde estaríamos si no fuera por ti?

Nadine volteó sin esperar respuesta  y retomó la lectura del diario. Ollanta suspiró y se volvió a entregar a la vista del cielo a través de su ventanilla. Le sorprendió que en pocos minutos, la oscuridad ya había empezado a ensombrecer el firmamento.

-Ollanta –dijo Nadine y Humala volteó sin ganas a verla-. Esto ya es el colmo. Mira, este otro periodista sugiere que mi vestido lo eligió el fujimorismo. ¿Puedes creerlo?


Publicado en la revista Velaverde Nº123