martes, 28 de julio de 2015

Toledo en su laberinto

En el local de Perú Posible, el expresidente Alejandro Toledo, está caminando de un lado a otro en su oficina. Sentado en uno de los sillones del lugar, su abogado revisa compulsivamente varios documentos sobre el tema de Ecoteva.



-Bueno, doctor, dígame la verdad. ¿Ve alguna salida para mí?
-Eso depende, ¿le dice algo el nombre del Chapo?
-Vamos doctor, pero ¡qué me está diciendo!
-Mire señor Toledo, ¿usted me va a pagar para que le diga la verdad o para que le diga lo que quiere escuchar?
-Yo no le voy a pagar.
-¿Cómo dice?
-Digo que yo no le voy a pagar, sino el partido.
-Ah bueno.
-Dígame entonces, ¿cuál es mi situación?

El abogado deja de lado los papeles y se queda contemplando a Toledo.

-Señor Toledo, esto realmente puede complicarse.
-Qué injusticia. Después de todo lo que hice por la democracia, ahora me quieren meter preso por mi candidatura presidencial.
-No, por lavado de activos. Creí que lo sabía.

Toledo se detuvo y miró al abogado. Estuvo punto de hablar cuando su celular timbró en el bolsillo de su pantalón. Sacó el teléfono y lo pegó a su oreja.

-¿Sí?
-¿Señor Toledo? Buenas tardes,  le puedo hacer algunas preguntas.
-¿De qué Fiscalía eres?
-No, yo soy periodista. Disculpe, no me he presentado. Trabajo en Univisión.
-Ah usted es de la prensa extranjera. Quiero que sepa que yo respeto profundamente la libertad de expresión.
-Lo sé, señor Toledo. Por eso quisiera hacerle una entrevista sobre el tema de Ecoteva.
-Es una patraña y no voy a permitir que se dañe mi imagen.
-Exactamente, por eso mismo queremos que usted explique este caso.
-Con todo gusto.
-Me gustaría que me reciba en su casa.
-Claro, ¿en la de Camacho o en la de Las Casuarinas?
-¿Cómo? ¿No decía que la casa de Las Casuarinas no era suya sino de su suegra?
-Claro, claro, es de ella. Mejor lo espero en mi casa de Camacho.

Luego de colgar, el abogado le dijo que esa entrevista podría servir.

-Hay que aprovechar toda oportunidad para posicionar la idea de que te investigan solo por un tema político, para evitar su candidatura a la presidencia.

Al día siguiente, sentado en el estudio de su residencia, Toledo recibe los últimos retoques de la maquiladora. Frente a él, el periodista le anuncia que van a empezar.

-Señor presidente, de acuerdo a Ipsos, usted y Alan García son percibidos por la mayoría de peruanos como los más corruptos.
-No le permito.
-Pero le digo lo que dice Ipsos.
-No le permito a Ipsos.
-Pero Ipsos solo recoge el sentir de los peruanos.
-No le permito al sentir de los peruanos.
-Sin embargo, señor Toledo, hay un hecho real y concreto. Un juez lo acusa de lavado de activos, ¿qué tiene que decir al respecto?
-Que estoy muy decepcionado.
-¿De usted mismo?
-No, del Ministerio Público. Está clarísimo que lo que en el fondo quieren es evitar que vuelva a ser presidente.
-¿Quiénes quieren evitar eso? ¿Los peruanos?

Toledo se inclina hacia adelante.

-Oiga, parece que usted ha sido enviado por mis adversarios políticos.
-No, para nada, señor Toledo, pero es difícil de creer que usted no supiera de dónde sacó dinero su suegra para comprar la casa de Las Casuarinas.
-Pero le puedo asegurar que no lo sabía.
-Usted primero dijo que ese dinero había sido una indemnización que le habían dado a su suegra por ser víctima del Holocausto. 
-Esa fue mi primera respuesta.
-Pero eso no era cierto.
-Lo dije porque no sabía. 
-¿Porque no sabía la verdad?
-No, porque no sabía que se iban a dar cuenta.

En ese momento, el abogado, que estaba viendo la entrevista detrás de los camarógrafos, le hizo una seña a Toledo. El expresidente le pidió una interrupción al periodista y se acercó hasta su abogado.

-¿Qué pasa?
-Señor Toledo, acaban de pedir el embargo de todos sus bienes.

Toledo lo miró, sin signo de preocupación. El abogado lo vio sorprendido.

-Lo noto tranquilo.
-Es que no tengo por qué preocuparme, ya no tengo nada a mi nombre.
-Vaya, qué buena jugada. Espero nomás que el juez no sospeche nada.
-No creo.
-¿Y a nombre de quién está ahora sus bienes? ¿Eliane? ¿Chantal?
-No, de Ecoteva.


Publicado en la revista Velaverde Nº125

No hay comentarios:

Publicar un comentario