lunes, 23 de diciembre de 2013

Revelaciones de campaña entre tostadas y café

Estaba en el restaurante, con el desayuno america­no servido y dispuesto a levantar mi taza de café y comer las tostadas, cuando un desconocido se sentó en mi mesa. “Esto les puede interesar a tus amigos en la prensa. Es del 2006”, me dijo. Luego me puso unos audífonos y escuché lo siguiente:

ollanta humala

OL: ¿Aló? Por aquí Óscar, ¿por allá?
OH: No, por acá no.
OL: Ah, entiendo, no quiere decir su nombre. Es usted sagaz.
OH: No, yo soy Ollanta.
OL: Me refiero a que… olvídese. Lo importante es que Ponce le entregó los celulares que le envié.
OH: Sí, le agradezco, pero no me dijo si vienen con plan de datos o si elroaming está incluido. ¿Sabes si tienen RPM?
OL: No, no sé, pero olvídese de eso. Ponce me ha pedido que lo ayude a organizar la campaña presidencial.
OH: Pero, ¿tú sabes de estas cosas? Porque antes de ir a prisión te desempeñabas como odontólogo y chupo­neador.
OL: Eso siempre me han dicho y no es cierto. Yo nunca terminé Odontología.
OH: Bueno, pero si tampoco chuponeas desde ahí, ¿cómo nos puedes ayudar?
OL: Pero comandante, también soy experto en realidad nacional y marketing político.
OH: Qué bueno, ¿y dónde has aprendido todo eso? ¿En ESAN?
OL: No, en el SIN. ‘El Doc’ daba unas charlas buenísimas. Así que estoy más que capacitado para dirigir su campaña.
OH: Qué bueno porque, para serte sincero, Daniel (Abugattás) es empeñoso, pero hay cosas que no ha podido controlar.
OL: Como la campaña.
OH: Como a él mismo más bien. Eso de bajarse los pantalo­nes delante de una reportera no le ha gustado a la prensa, menos a la esposa de Daniel.
OL: Entiendo, pero no se preocupe. Yo sé cómo manejar estas cosas.
OH: Excelente, aunque tú sabes que en problemas mari­tales uno nunca…
OL: No, comandante, me refiero a la prensa.
OH: Oh, entiendo. Mira, el problema es que solo faltan dos meses para las elecciones y estamos rezagados en las encuestas.
OL: Lo sé, pero quédese tranquilo. Hemos hecho ya varios focus groups y encontramos que hay una persona del na­cionalismo que le impide subir en las encuestas.
OH: ¡¿Quién es ese traidor?!
OL: Usted.
OH: ¿Yo?
OL: Me refiero a que usted arrastra el tema de Hugo Chávez y de Madre Mía y eso no lo deja avanzar.
OH: ¿Y esa información es seria?
OL: Claro, ha sido un trabajo de campo en el que yo mismo he participado.
OH: ¿Pero no estás en la cárcel?
OL: Sí, pero logré poner mis salidas bajo el rubro “activi­dades al aire libre”. Además, debe saber que ese estudio fue financiado por M&M.
OH: ¿Por la marca de golosinas?
OL: No, por M & M, la consultora de Malca y Mantilla.
OH: Bueno, ¿y algún consejo?
OL: Sí, nunca mezcle Vodka con Red Bull.
OH: No, yo me refería a la campaña. Quizá no lo entiendas, pero esta campaña me trasciende. El nacionalismo está primero. En estos momentos el país requiere de sus mejores hombres.
OL: Ah bueno, si no quiere contar con nosotros solo dígalo y…
Después el audio se cortó. Yo estaba tan sorprendido que seguía con la taza de café suspendida.
-¿Y el resto? –le pregunté, quitándome los audífonos.
-Eso es todavía más comprometedor, pero tiene precio –dijo, y me dio una cifra astronómica.
-Es mucho dinero. Además tengo la política personal de…
-¿De no dar dinero a infor­mantes?
-No, de no dar dinero en general.
-¿Y si me pagas en cómodas cuotas mensuales?
Le dije que no. Luego se paró de golpe y se fue sin decir nada. Yo estaba indignado. Ni siquiera tuve tiempo de reprocharle por qué se iba de esa manera y por qué se había llevado mis tostadas.
Publicado en la revista Velaverde Nº40

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