Luis Castañeda:
Aló, José, te llamo porque acabo de ver la denuncia sobre tus trabajadores
fantasmas.
José Luna:
Vamos Lucho, ¿tú creyendo en fantasmas?
LC:
Pero el reportaje ha sido bien claro.
JL:
Seguro has entendido mal.
LC:
Dicen que tres asesores trabajan en tu universidad, pero el Congreso les paga.
JL:
Ah ya, entonces has entendido bien. Pero eso no es cierto.
LC:
Entonces, ¿por qué nadie los ha visto en el Congreso?
JL:
Bueno, yo siempre les he pedido que sean transparentes.
LC:
Olvídalo José, ya no puedes defenderlos.
JL:
No los defiendo, solo me molesta lo que hicieron.
LC:
Te entiendo.
JL:
¡Cómo se van a dejar atrapar así!
LC:
Muy mal pues. Ni parecen que fueran de nuestro partido.
JL:
Lo que más me molesta es que crean que quise aprovecharme. Tú sabes que a mí la
plata no me importa.
LC:
Lo sé, mejor cotiza el oro.
JL:
Lo que digo es que el dinero nunca me interesó.
LC:
Pero, ¿no te pasaste al fujimorismo porque Montesinos te dio 7 mil dólares?
JL:
Déjame explicarte…
LC:
No importa José. Igual la banda, digo, el partido te apoyará. Necesitamos tu
experiencia, tu sabiduría y tu cuenta bancaria.
JL:
Gracias Lucho, no esperaba menos de ti.
LC:
Eso sí, José, si quieres salvarte vas a tener que despedirlos.
JL:
No puedo, pese a todo llevan años conmigo y son prácticamente como mi familia.
LC:
Pero por su culpa te pueden destituir.
JL:
Que los boten y los metan presos entonces. Hay que ser inflexible con los
delincuentes.
LC:
Bueno, pero no con todos.
Publicado en El Otorongo (Peru21-22.05.15)
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