lunes, 29 de agosto de 2016

El contralor descontrolado

El contralor de la República, Edgar Alarcón, me recibe en su despacho. A primera vista, Alarcón parece una persona impetuosa, poco reflexiva; a segunda vista también. Antes de iniciar la entrevista, se mira en el espejo un par de veces, se acomoda el peinado y hasta carraspea para aclararse la voz.



-Listo –me dice-. Que pase el camarógrafo.
-No, señor, es una entrevista para la revista.
-Que pase el fotógrafo entonces.
-No ha venido señor, vamos a sacar su foto de archivo.

Alarcón hace un gesto de desaprobación.

-Señor contralor, el presidente ha dicho que la Contraloría es una traba potencial para el gobierno.
-¿Una traba? ¿Qué quiere decir con eso?
-Una traba quiere decir que es como un bloqueo.
-Ya sé que quiere decir traba, lo que no sé es qué quiere decir el presidente con eso. ¿Acaso no quiere que lo fiscalice?
-En todo caso, ¿qué le responde?
-Que rechazo sus declaraciones.

El contralor aprieta el puño y lo deja caer sobre el escritorio.

-No va a detener mi trabajo.
-Algunos lo vienen calificando de figuretti.
-¿Figuretti?
-Sí, es cuando quiere llamar la atención y…
-Ya sé qué significa figuretti.
-Bueno, muchos le están diciendo eso.
-¿O sea que por cumplir mi trabajo soy figuretti?
-Pero dicen que usted ha sabido mover sus fichas.
-¿Qué fichas?
-Sus fichas… o sea, primero denunció lo de los patrulleros de Pérez Guadalupe. No digo que no haya razones para hacerlo, pero eso le permitió distanciarse del humalismo y afianzarse en el cargo.

Alarcón se reacomoda en el asiento antes de continuar.

-Solo hice mi trabajo.
-Ahora contrata al excongresista fujimorista Juan Díaz Dios y así se gana el apoyo de la bancada fujimorista.
-Si yo contraté a Díaz Dios fue solo por su capacidad.
-¿Por su capacidad intelectual?
-No, por su capacidad de acercarme al fujimorismo.
-Ya ve.
-Pero él ya renunció así que ya no me pueden decir nada.
-Supongo que ya no contratará a excongresistas fujimoristas.
-No, claro que no. Ya aprendí la lección, señor periodista.
-Qué bueno.
-Más bien tengo en mente una persona que no es política.
-Mucho mejor. ¿Quién es?
-Es un tal Mark Vito, ¿lo conoce?


Fuente: Revista Velaverde Nº178

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