jueves, 16 de junio de 2016

Keiko y Kenji, frente a frente

Kenji Fujimori llega a la casa de su hermana Keiko. Toca el timbre y le abre la puerta la empleada.

-Hola –dice él.

La empleada lo mira de arriba a abajo.

-Ah, es usted. Pase…si quiere.

La empleada, que suele tutearlo, deja la puerta abierta y, delante de Kenji, se da media vuelta y regresa a la cocina. Kenji se queda perplejo y frunce el ceño. Entra a la casa y cierra la puerta tras de sí. Atraviesa el recibidor y llega hasta la sala donde encuentra a Mark, su cuñado, quien estaba armando un avión a escala.

-Hola Mark –dice Kenji.

Mark lo mira, serio, luego mueve la cabeza a los lados y se va llevando su avioncito. Kenji queda asombrado por el trato y por lo bien que va quedando el avioncito. Luego decide sentarse en la sala a esperar. 



Pocos minutos después ingresa Keiko, se sienta frente a su hermano y, sin mediar saludo, le habla.

-¿Estarás contento?
-¿Contento por qué?
-Porque ya perdí. Ya ganó Kuczynski.
-¿Estás segura?
-¿De que ya perdí?
-No, de que ganó Kuczynski.
-Es lo mismo Kenji.
-No, no es lo mismo. Mira, si tu pierdes quiere decir que fue por errores tuyos, pero si PPK gana quiere decir que lo hizo por sus propios méritos.
-Te pasas Kenji, todavía tienes la cara de burlarte.
-Pero no me estoy burlando. Y a todo esto, ¿estás segura que los resultados ya no se pueden revertir?
-No, ya no se puede. Me lo han dicho los mejores estadísticos del país.
-¿Los mejores del país?
-Bueno, los mejores que hay en el partido. Y también vino Cucho.
-¿Cucho? ¿El jefe de la ONPE?
-Exacto, incluso le ofrecimos a nuestros militantes para que le ayude a contar los votos, pero no quiso.
-Ah bueno –dijo Kenji-. Hasta donde yo sé el resultado de la ONPE estaba hasta al cien.
-¿Hasta el 100%?
-No, hasta el cien. O sea, un desastre para nosotros.
-Por eso te digo, ya no hay forma de revertir nada.

Por unos segundos los hermanos quedaron en silencio.

-Keiko –dijo, por fin, Kenji- perdóname si hice algo malo en la campaña.
-No hiciste algo mal, lo hiciste todo mal.
-Pero de cierta forma tú me obligaste Keiko. Me tratas en público como si yo no fuera un tonto.
-Como si fueras un tonto querrás decir.
-Como sea, la cosa es que no me valoras. El único que me da mi lugar es mi padre.
-No es cierto, yo también te doy tu lugar, el problema es que no te gusta el lugar que te doy.
-¿Ya ves cómo eres?
-Pero ¿qué quieres que haga? Te has dedicado a sabotear mi candidatura.
-Yo también quiero ser presidente como mi papá.
-Ahí está.
-¿Quién? ¿Mi papá? ¿Dónde?
-No, quiero decir que saltó la liebre.
-¿Dónde? ¿Cuál liebre?
-Ay Kenji, lo que digo es que esa es la razón por la que haces todo esto. Quieres ser presidente y por eso no querías que yo gane ahora.
-Yo quiero ser presidente, pero para poder sacar a mi padre.
-A nuestro padre.
-Claro.
-Pero entonces los dos queremos lo mismo.
-Si lo hubieras visto. El pobre estaba tan ilusionado.
-¿Qué? ¿Fuiste a verlo?
-Claro Keiko, justo de ahí vengo. Lo encontré con sus maletas listas. Había empacado todo para salir.
-¿Y por qué haría eso?
-Porque solo vio los resultados a boca de urna de CPI, donde te daban como ganadora por 3 puntos.
-¿Y creyó que yo había ganado?
-Claro, luego apagó la tele y empezó a alistarse para salir.

Keiko evitó la mirada de su hermano por unos segundos. Luego, lentamente, volvió a mirarlo.

-Bueno Kenji. Creo que le hemos fallado a nuestro padre.
-Tú le has fallado. Ya van dos veces que pierdes. Ya pareces Lourdes.
-No me digas eso.
-Bueno Keiko, ahora lo qué tienes que hacer. Yo creo que tienes que hablar con PPK y decirle que lo apoyarás en el Congreso siempre y cuando indulte  a nuestro padre.
-Voy a conversar con él a ver qué se puede hacer.
-Bueno, a propósito…creo que ya podemos definir que el próximo candidato del fujimorismo seré yo.
-No creo Kenji, si Kuzcynski saca a nuestro padre lo más probable es que él mismo sea el candidato.
-¿Tú crees?
-Claro.
-Mmm…viéndolo así. Quizá no debamos negociar nada con PPK, ¿o sí?


Publicado en la Revista Velaverde Nº167

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