En
el dormitorio central de la residencia de Palacio de Gobierno, Ollanta Humala
mira pensativo el techo y la araña de bronce que cuelga de él. A su lado,
Nadine Heredia sigue dormida, aunque no deja de mover sus piernas y brazos. De
pronto, la primera dama se despierta con gran agitación.
-Nadine,
¿qué pasa? –dijo Humala.
La
primera dama voltea lentamente hasta ver los ojos de Humala.
-No
sabes Ollanta.
-No,
si no me cuentas no sé.
-Fue
un sueño horrible.
-¿Qué
soñaste?
La
mirada de Nadine se pierde, como recordando.
-Soñé
que el Poder Judicial me había ordenado el impedimento de salida.
-Bueno
Nadine, eso no fue un sueño.
-Cierto,
más que un sueño fue una pesadilla.
-No,
me refiero a que no lo soñaste.
Luego,
de golpe, vuelve a ver Humala.
-¿Qué
dices?
-Que
no fue un sueño ni una pesadilla. Es la realidad.
-No
puede ser.
-Así
es.
La
primera dama coge con sus manos el borde de la sabana y parece querer taparse
con ella.
-No
me digas que no puedo salir del país.
-No
puedes salir del país.
-Te
pedí que no me lo dijeras.
-Y
eso no es todo.
-¿Qué
más?
-También
han ordenado que pagues 50 mil soles.
-Qué
mal. Ni modo. Este mes me compraré un par de vestidos menos.
-Al
menos eso es manejable.
Nadine
y Humala quedan unos segundos en silencio. Luego Nadine reacciona.
-Más
bien pásame mi agenda para apuntar lo de los vestidos antes que se me olvide.
-Nadine,
por favor, nada de agendas.
-Ya,
está bien. Pero entonces cuando salga de compras tú me haces acordar.
-No
te preocupes por eso.
-Y
a todo esto, ¿qué sabes de Roy Gates?
-Ah
bueno, es abogado, es calvo y siempre anda con el mismo terno.
-No
pues Ollanta. Quiero saber qué dice de todo esto. ¿No se supone que es nuestro
abogado?
-Sí,
claro, todavía es nuestro abogado. Casi lo reemplazo por otro mucho mejor.
-¿Por
quién? ¿Por Enrique Ghersi?
-No,
por Omar Chehade. Aunque creo que últimamente está medio molesto con nosotros.
-¿Ghersi?
-No,
Nadine, Chehade.
-Por
favor Ollanta, ni me menciones a ese tipo. ¿Tan difícil era caminar derecho?
-Bueno,
volvamos a lo que me dijiste.
-Sí,
¿qué te dijo Roy Gates?
-Bueno,
él dice que está tranquilo.
-¿Entonces
tiene todo bajo control?
-No,
dice que está tranquilo porque la cosa no es con él.
-Pero
Ollanta, no me asustes. Mírame.
Entonces
la primera dama vuelve a fijar la mirada en su esposo.
-Dime
Nadine.
-¿Qué
es lo peor que puede pasar?
-Lo
peor sería que Kenji sea presidente del Congreso. ¿Te imaginas? Pero creo que
ya dijo que no lo va a hacer. Mejor porque así…
-¡Ollanta!
Te hablo de nuestro caso.
-“Nuestro
caso” suena a mucha gente ah.
-No
puedo creer que me des la espalda.
-No
digo eso. Tú sabes que estamos unidos en esto por un lazo irrompible.
-El
amor.
-No,
la complicidad.
Nadine
mueve su cabeza a los lados.
-Mejor
volvamos a hablar de Roy Gates. A ver, Ollanta ¿no me recomendó nada?
-Sí,
te recomendó que no salgas del país.
-¿Eso
nomás?
-No,
también dice que debes pagar lo que te han dicho.
-Eso
ya me lo dijiste.
-Bueno,
también está preocupado por las cuentas.
-Entiendo,
quiere demostrar que mis ingresos están justificados.
-No,
está preocupado por sus cuentas. Quiere saber cuándo le vamos a pagar.
-Se
pasa ese ah. En el dinero nomás piensa.
-Sí
pues, hay gente así.
-¿Y
entonces Ollanta? ¿Qué vamos a hacer ahora?
Ollanta
alza los hombros.
-Bueno,
yo creo que podemos empezar por tomar un buen desayuno.
-No
puedo creer que pienses en comer cuando nuestro futuro está en juego.
-Es
que con el estómago vacío no pienso bien.
-Está
bien, vayamos a desayunar y después seguimos viendo qué hacer.
-Ah
no, me olvidaba, después del desayuno tengo una reunión con algunos ministros.
-¿Para
qué?
-No
sé, para unas últimas cosas que todavía quedan por hacer.
Nadine
coge del brazo a Humala.
-Ollanta,
escúchame, de ahora en adelante lo único que vamos a hacer es preocuparnos por
salir de este lío.
-Está
bien Nadine. Así será. Pero antes vamos a desayunar, ¿no?
-Quizá
sí tengamos que contratar a otro abogado.
-Pero
igual nos van a cobrar ah.
-Sí
pues, interesados, ya no es como antes.
-No, Nadine, antes ni casa
teníamos.Publicado en la revista Velaverde Nº168
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