Algún
día tenía que pasar; la farándula había merodeado la política durante largo
tiempo a través de candidaturas a regidores, alcaldes y congresistas, siendo el
caso más emblemático el de la exparlamentaria Susana Díaz, quien, como se
recuerda, obtuvo una curul impulsada por su propuesta, es decir, por su
propuesta de llevar el 13 en sus posaderas. De ahí a que algún farandulero se
anime a tentar la presidencia de la República había solo un paso, o quizá
menos.
El
hombre que quiere que dejemos de lado al elenco estable de candidatos
presidenciales es el empresario, animador, pensador y gurú espiritual Mauricio
Diez Canseco. Pese a su mentado éxito en
los negocios, la compulsiva necesidad de
notoriedad que padece ha hecho que su figura se relacione más con Magaly que
con la Confiep.
Para
decirlo de una vez, desde aquí apoyamos sin reparos su candidatura. Que su
capacidad de estadista sea tan grande como su humildad no es motivo para no votar
por él. Sin embargo, el camino a Palacio de Gobierno es complicado, no solo por
el infernal tráfico, lo es sobre todo porque el rústico empresario todavía no logra
inscribir a su agrupación. Trayendo reminiscencias belmontianas, su personal partido
tiene por siglas MDC, que no significan Mauricio Diez Canseco, ¡a quién se le
ocurre!, MDC es el Movimiento Democrático Ciudadano.
Si
usted es un lector inteligente y racional lo invito no solo a leer otro tipo de
columnas, sino a que deje de lado al Diez Canseco mediático y se concentre en
las propuestas revolucionarias que solo un pensador y visionario como él podría
haber concebido. Muchas de ellas son tan avanzadas que ni siquiera el propio
candidato sabe que las va a proponer. En todo caso, me permito adelantar alguna
de ellas.
Adios
Qali Warma: conocedor que el futuro del país
está en manos de las próximas generaciones, el nuevo gobierno garantizará que la alimentación de nuestros
infantes sea nutritiva y calóricamente adecuada. Para ello, se repartirán junto
al vaso de Leche de siempre, generosas porciones de pizza tipo americana (favor
abstenerse proveedores de “Domino’s”).
Belleza
estatal: conocida su apego a las blondas
cabelleras, convertirá esta debilidad en una fortaleza y reemplazará, mediante un convenio, los antiguos locales de
la CGTP, por los flamantes de la CGT, a saber, Centros Gratuitos de Teñido. De
esta forma, se resaltará la belleza peruana pintando de rubio –rubio platinado,
no cenizo- a peruanas y peruanos de buena voluntad. Como bien dicen los
educadores, los verdaderos cambios empiezan por las cabezas.
Autoestima
sin auto: Para lidiar con las sempiternas
frustraciones que sufrimos los ciudadanos de a pie, como por ejemplo el hecho
de ser peruanos, se colocará parlantes motivadores
en diversas partes del país. En ellos se escuchará ininterrumpidamente frases
escritas y dichas -y he aquí su poder transformador- por el propio Diez
Canseco. Este servicio continuará todos los días hasta que el parlante se
averíe, o hasta que algún motivado poblador lo destruya.
Libertad para Fujimori:
Demostrando gran valentía y sensibilidad humana, apenas el gobierno de Diez
Canseco se instale, bueno, una media hora después, el propio mandatario irá a
liberar al expresidente Fujimori. Ello nos devolverá la fe en la justicia y nos recordará que los delitos del expresidente no son tan graves y que en
el Perú, como dijo Cipriani, “los derechos humanos son una cojudez”. De esta
forma, le demostraremos al mundo civilizado que estamos a la vanguardia del
derecho humanístico, siendo apenas superados por países como Siria, Pakistán y Somalía.
Estos
puntos son apenas una pequeña muestra de los cambios que se avecinan, siempre y
cuando dejemos atrás el perverso ejercicio del prejuicio y le demos una
oportunidad a Diez Canseco. Si bien es cierto, todavía no repunta en las
encuestas –aparece en Otros dentro de los Otros-, su candidatura podría
encaminarse a la luz de una reciente noticia: la Fiscalía le ha abierto una
investigación por lavados de activos.
Publicado en la revista Velaverde Nº111
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