Alan García:
¿Con quién hablo?
PC:
Soy el Premier.
AG:
Vaya, qué sorpresa. Antes que nada lo felicito por su nombramiento. Hay que
reconocer que tiene su mérito.
PC:
Gracias.
AG:
No cualquiera es ahijado de Vargas Llosa.
PC:
No le respondo porque ahora lo que busco es el diálogo.
AG:
¿Está seguro?
PC:
Sí, claro. Ya tengo luz verde.
AG:
Vaya, entonces era cierto.
PC:
¿Lo de la luz verde?
AG:
No, me refiero a que ahora se ha vuelto un conciliador.
PC:
Claro que sí. La vida, los años y Nadine me han hecho cambiar.
AG.
Entiendo, ha cambiado porque ahora es Premier.
PC:
No, he cambiado para ser Premier.
AG:
Mmm…voy a creerle y como muestra de eso le voy a obsequiar mi última
publicación.
PC:
¿”Cien años de impunidad”?
AG:
No, es una obra donde cuento todo lo que he hecho desde el poder.
PC:
Como una confesión sincera.
AG:
Se trata más bien del legado que le dejo a mis hijos.
PC:
¿Aparte de lo de Gran Caimán?
AG:
Pero qué dice. En esta publicación se plasma mi filosofía de vida. Se llama
“Obras – Lo escrito y lo dicho”.
PC:
¿Y lo cobrado?
AG:
No hay caso. No debí creerle. ¿No decía que ya no era el mismo de antes?
PC: No, ahora estoy peor. Publicado en El Otorongo (Peru21-10.04.15)
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