28 de julio. Mark
Vito y Keiko Fujimori estaban sentados en la sala frente al televisor. El
esposo de la excandidata presidencial presionaba compulsivamente el control
remoto. Ya le había dado dos vueltas a los cientos de canales de cable, cuando,
por fin, dejó un canal nacional donde se transmitía la juramentación del nuevo
presidente constitucional.
-Mark –dijo Keiko-¿no
te he dicho que no quiero saber nada de esas cosas?
-Vamos, Keikito, no
es para tanto.
-Me parece mentira
ver a Kuczynski juramentando. Mal candidato, mala campaña…
-Y aun así te ganó.
-No, Kuczynski no
ganó, yo perdí. Son cosas muy diferentes. ¿Entiendes?
-Sí, yo te entiendo.
-Gracias Mark.
-Pero el que no te
entendió fue el JNE.
Keiko miró de reojo a
su esposo. Entonces le arrebató el control remoto y cuando se disponía a
cambiar de canal, escuchó, fuerte y claro, el “Sí, juro”, de Kuczynski.
-Mira cómo lo
aplauden –dijo Mark-. Creo que hasta tu gente lo está aplaudiendo.
-Imposible. Le dije a
Kenji que nadie de la bancada debe aplaudirlo. Aunque conociendo a mi hermano
este es capaz de haberles dicho lo contrario.
-Pero Keikito,
recuerda lo que te dijo el terapeuta. Debes poner de tu parte para que olvides
que casi ganas y que solo unos días antes las encuestas te daban como
presidenta. O sea que…
-Mark.
-Dime Keikito.
-Mejor no digas nada.
En la pantalla del
televisor el nuevo presidente iniciaba su discurso.
-Yo debía estar ahí.
-¿Y no te invitaron?
-No seas pues Mark,
quiero decir que yo debía estar en el lugar de ese que no sabe ni cómo ganó.
-Pero Keikito, otra
vez con lo mismo. Mira, te voy a decir algo. Si perdiste fue por culpa de tu
padre. Ese antifujimorismo es por él. A ti la gente te quiere.
-¿Sí no? Tienes
razón. Imagínate si fuera hija de otra persona. ¿Ganaría?
-En realidad no
serías ni candidata.
De pronto, Keiko se
puso de pie, apagó el televisor y lanzó el control remoto al suelo. Luego salió
del lugar y se fue por las escaleras hacia el segundo piso. Mark bajó la mirada
y movió la cabeza a los lados.
-Vaya –dijo Mark hablándose
a sí mismo-.Estos van a ser cinco largos años.
Publicado en la revista Velaverde Nº174
No hay comentarios:
Publicar un comentario