El contralor de la República, Edgar
Alarcón, me recibe en su despacho. A primera vista, Alarcón parece una persona
impetuosa, poco reflexiva; a segunda vista también. Antes de iniciar la
entrevista, se mira en el espejo un par de veces, se acomoda el peinado y hasta
carraspea para aclararse la voz.
-Listo –me dice-. Que pase el
camarógrafo.
-No, señor, es una entrevista para la
revista.
-Que pase el fotógrafo entonces.
-No ha venido señor, vamos a sacar su
foto de archivo.
Alarcón hace un gesto de
desaprobación.
-Señor contralor, el presidente ha
dicho que la Contraloría es una traba potencial para el gobierno.
-¿Una traba? ¿Qué quiere decir con
eso?
-Una traba quiere decir que es como un
bloqueo.
-Ya sé que quiere decir traba, lo que no
sé es qué quiere decir el presidente con eso. ¿Acaso no quiere que lo
fiscalice?
-En todo caso, ¿qué le responde?
-Que rechazo sus declaraciones.
El contralor aprieta el puño y lo deja
caer sobre el escritorio.
-No va a detener mi trabajo.
-Algunos lo vienen calificando de
figuretti.
-¿Figuretti?
-Sí, es cuando quiere llamar la
atención y…
-Ya sé qué significa figuretti.
-Bueno, muchos le están diciendo eso.
-¿O sea que por cumplir mi trabajo soy
figuretti?
-Pero dicen que usted ha sabido mover
sus fichas.
-¿Qué fichas?
-Sus fichas… o sea, primero denunció
lo de los patrulleros de Pérez Guadalupe. No digo que no haya razones para
hacerlo, pero eso le permitió distanciarse del humalismo y afianzarse en el
cargo.
Alarcón se reacomoda en el asiento antes de continuar.
-Solo hice mi trabajo.
-Ahora contrata al excongresista
fujimorista Juan Díaz Dios y así se gana el apoyo de la bancada fujimorista.
-Si yo contraté a Díaz Dios fue solo
por su capacidad.
-¿Por su capacidad intelectual?
-No, por su capacidad de acercarme al
fujimorismo.
-Ya ve.
-Pero él ya renunció así que ya no me
pueden decir nada.
-Supongo que ya no contratará a
excongresistas fujimoristas.
-No, claro que no. Ya aprendí la
lección, señor periodista.
-Qué bueno.
-Más bien tengo en mente una persona
que no es política.
-Mucho mejor. ¿Quién es?
-Es un tal Mark Vito, ¿lo
conoce?Fuente: Revista Velaverde Nº178
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