Me pareció una buena
idea que la persona que ha gobernado el país durante cinco años escriba unas
líneas de despedida, el problema es que Nadine está empacando, ni modo, lo haré
yo nomás.
Antes que nada,
pongamos las cosas en su sitio, pese a lo que afirman mis enemigos, mi gobierno
ha sido el mejor de los últimos cinco años. Desde el primer día en que Nadine
empezó su mandato comprendió que debía dar el ejemplo respecto a la gran
transformación y, en seguida, se transformó.
Yo no estaba tan seguro, pero Nadine me convenció que era mejor, más
fácil y más rentable cambiar uno mismo que ponerse a cambiar el Estado, qué
flojera.
Pero eso sí, nadie
puede negar que hemos mejorado económicamente, me refiero a Nadine y a mí. Y si
bien es cierto la economía nacional se ha enfriado un poco, esperamos que ello
cambie ahora que se acabe el invierno.
Respecto a la pobreza
en el país, es algo que Nadine no puede soportar, por eso es que ha viajado
tanto al extranjero. Eso sí, estamos dejando diversos programas sociales que
Nadine ha inaugurado cuando sus otras tareas –negar su letra de las agendas,
comprar con tarjeta extendida y poner y sacar ministros- se lo permitían.
Un tema que ha tenido
preocupada a la población ha sido la inseguridad ciudadana. Y nosotros no hemos
sido ajenos a ello. Por eso apenas llegamos a Palacio de Gobierno tomamos
medidas inmediatas contra la delincuencia: redoblamos nuestra seguridad y la de
nuestra familia.
Antes de despedirme,
quiero decir que Nadine es una persona muy valiosa, sobre todo cuando lleva
joyas y vestidos de diseñador. En tal sentido, ella me ha ayudado mucho en la
toma de decisiones. Eso sí, debo aclarar que Nadine nunca le dio ninguna orden
a ningún funcionario, le bastaba con la mirada.
Como verán, no soy muy bueno
para los balances, así que para redondear la idea le pregunté a Nadine. “¿Cómo
crees que vamos a dejar al país?”. “Es obvio”, me dijo, “en avión”.
Fuente: El Otorongo (Peru21-29.07.2016)
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