En un salón privado del Hotel Bolívar,
Guzmán, su vicepresidenta Lizárraga y el personero de Todos Por el Perú (TPP) están
reunidos. El Jurado Electoral Especial acaba de anunciar que aceptaba una tacha
contra Guzmán y declaraba improcedente su candidatura.
-Bueno –dijo Guzmán- ¿qué tan grave es
esto?
-A ver, ¿cómo decírtelo? –dijo
Lizárraga- Imagínate que somos músicos.
-¿Músicos?
-Sí, pero músicos del Titanic.
Guzmán se toma la cabeza, la mueve a
los lados y luego mira al personero.
-¿Y tú qué dices?
-Imagínate que estás navegando en un
barco.
-Sí, ya sé que me vas a decir, que me
imagine que estoy en el Titanic.
-No, en el Huáscar.
Guzmán entonces tiene un devaneo. Luego
camina lento y tambaleándose hasta llegar a una silla.
-Mira Julio –dijo Lizárraga- la cosa
está peor que antes. Si quieres que sea sincera contigo…
-No, no quiero –dijo Guzmán,
poniéndose otra vez de pie-. Lo que quiero es seguir con la campaña. No puede
ser que no me dejen seguir. Después de todo lo que nos costó llegar hasta aquí.
-Eso sí –dijo el personero-. El
tráfico para llegar al centro es terrible.
Lizárraga y Guzmán le lanzan una
mirada severa.
-Mejor hazme un breve resumen de lo
que ha pasado -dijo Guzmán.
-Es sencillo –dijo el personero-.
Mire, el JEE dijo que nuestra inscripción no se hizo bien, lo cual es cierto,
pero ese es otro tema; luego apelamos pero el JNE dijo que no teníamos razón,
lo cual es verdad, pero eso no tiene nada que ver aquí; y luego el JEE nos dice
que ya, que normalazo, que sigamos, luego viene una tacha y ahora el JEE dice
que no seguimos, que ya fuimos, que no los llamemos, que ellos nos llamarán, y
ahora vamos a apelar al JNE. Pero tú tranquilo, aunque el JNE nos diga chau,
igual podrías postular.
-¿En serio?
-Claro, pero el 2021.
Guzmán voltea la mirada hacia
Lizárraga.
-Carolina –dijo Guzmán- ¿puedes
resumirme todo eso?
-Mira Julio, todo queda en manos del
JNE y, según mis contactos, otra vez fallarán en contra nuestra. Y ahí sí ya no
podemos apelar.
-No –dijo el personero-. Todavía
podemos apelar.
-¿Ah sí? –dijo Guzmán-. ¿A la corte
suprema? ¿A La Haya?
-No, a Dios nuestro señor.
De pronto, el candidato de TTP se
desmaya. Si no fuera porque Lizárraga y el personero lo ayudaron, se hubiera
caído de bruces al suelo. Entonces lo llevan otra vez hasta la silla de donde
se había levantado.
-¿No te parece raro? le dijo el
personero a Lizárraga.
-¿Qué?
-¿No ves que se ha desmayado pero
tiene esa sonrisa impostada de guasón?
-Debe ser un reflejo, pero no vuelvas
a decir eso del guasón.
-Pero si todos lo dicen.
-Ya, pero él no lo sabe y mejor que no
lo sepa.
Lizárraga se acerca a Guzmán y da unas
palmadas en el rostro para que reaccione. El candidato, a duras penas, va abriendo
los ojos.
-¿Qué pasó? –dijo reaccionando.
-Nada, Julio –dijo Lizárraga-.
Sufriste un desmayo.
-Ya recuerdo…ya recuerdo. Me dijeron
que mis oportunidades son nulas.
Lizárraga y el personero asintieron.
-Vamos paso a paso –dijo Lizárraga-. Primero
hay que ver qué vamos a decirle a la prensa.
-¡Fraude!
-¿Fraude? –dijo Lizárraga.
-No me parece que esto sea un fraude
–dijo el personero.
-Tienes razón –dijo Guzmán- es más que
eso. Es como un golpe a la democracia, un intento de destruir nuestro país y a
Ciudad Gótica.
Lizárraga miró al personero y le
advirtió, con el dedo mayor levantado, que no haga ningún comentario.
-Y vamos a llamar a las masas –siguió
ensimismado Guzmán-. Vamos a convocar a una gran movilización para evitar que
ocurra la tragedia de que no pueda postular. El país no puede darse el lujo de
no tenerme como presidente.
-Mira Julio –dijo Lizárraga-. Hay que
tomar las cosas con calma. Mejor esperemos a que el JNE nos saque
definitivamente para hacer una marcha.
-No, Carolina –dijo Guzmán-. ¿No te
das cuenta que somos los elegidos? Todo esto que nos pasa es porque las fuerzas
del mal están en nuestra contra.
-¿Ah sí? –dijo el personero-. ¿Que no
era porque nos inscribimos mal y no cumplimos nuestro propio estatuto?
Guzmán parece no escuchar nada y
siguió hablando.
-Entonces hay que convocar a la
prensa. Vamos a llamar a la insurgencia, a derrocar a este gobierno caduco y
corrupto, a este sistema que nos maneja a su antojo. Eso ya se acabó.
-¿Estás seguro Julio? Si dices todas
esas cosas en la tele te vas a ganar muchos enemigos. Además, algunos pensarán
que estás…
-¿Que estoy qué?
-¿Le digo? –dijo el personero.
-Algunos pensarán que estás loco –dijo
Lizárraga.
-¿Loco yo? Olvídate Josefina, estoy
más cuerdo que nunca. El país me necesita y ni loco lo voy a defraudar.
-De acuerdo, aquí podemos discutir
pero cruzando la puerta somos una sola voz –dijo Lizárraga.
-Eso mismo.
-Estoy de acuerdo –dijo el personero.
-Te dejo Julio, voy a ver lo de
conferencia de prensa. –dijo Lizárraga.
-Yo también me voy, de todas formas
hay que presentar la apelación y tengo que prepararla.
Luego que ambos se fueron, Guzmán se
asomó por la ventana que daba a la Plaza San Martín. Se quedó mirando el
monumento al libertador.
Publicado por Velaverde Nº153
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