martes, 11 de febrero de 2014

Gastón: una aventura político-culinaria

Cansados los peruanos de que la oferta electoral esté concentrada y controlada por el elenco estable de siempre, claman, algunos sin siquiera saberlo, la aparición de un líder, un guía, un gurú, una persona que entienda a la gente y que mueva las masas, aunque estas sean de harina. Ese deseo colectivo parece haberse encarnado en la figura de Gastón Acurio. “Un líder aparece para cubrir una necesidad de la gente”, nos dijo en clase alguna vez un profesor en la Universidad; nunca olvidé esa frase, no por su importancia sino porque repetí el curso dos veces.


Y, entonces, la gente ha querido ver en Gastón al líder que han estado esperando por tanto tiempo. Repasemos: el joven aprista que llevó al poder a un partido histórico y que llegó para hacer historia, hoy es estudiado en las facultades de Economía del mundo por haber logrado que tengamos la inflación más alta del mundo; el “chinito” buena gente que prometió “Honradez, tecnología y trabajo” estuvo en el Top Ten de los ex líderes más corruptos a nivel mundial; el autonombrado “error estadístico” de Cabana y que  tuvo la oportunidad de ser recordado como el hombre que nos devolvió la democracia, ha hecho transacciones inmobiliarias tan enrevesadas que la última propiedad que adquirió se la está alquilando a sí mismo; y dicen que debe dos cuotas. 

Los más entusiastas creen que Gastón es una suerte de mesías gastronómico que, ollas y sartenes en ristre, va a reformar al Estado. Los dueños de restaurantes también afirman que cuando Gastón pasa por sus cocinas, como por arte de magia culinaria, la sazón mejora, la comida se pone a punto, los fideos al dente y los precios crecen como la levadura.  Y es que Gastón ha sabido inculcar en los peruanos la idea de que la cocina puede hacer que sus negocios crezcan y florezcan,  y si llegan hasta Mistura, mejor todavía. Además, Gastón ha revalorado el patriotismo y lo ha llevado a dimensiones insospechadas, donde, por ejemplo, la papa no solo es casi  un símbolo patrio equiparable a la bandera y al escudo nacional, sino que además sabe mucho mejor.

Sin embargo, el propio Gastón no parece haberse creído el papel que muchos le han dado. Él se califica simplemente como un entusiasta cocinero y un dedicado empresario. Sus eventuales competidores políticos, desde luego, no le creen ni un comino, ni uno siquiera.

Con las elecciones generales acercándose cada vez más, uno de los más conspicuos representantes de este elenco estable, Alan García, lo retó a que defina su futuro político-culinario.  Contrario a lo que se pueda pensar, García sí  quiere ver a Gastón en Palacio de Gobierno, es decir, en la cocina de Palacio de Gobierno. Gastón entonces no negó sus aspiraciones; más bien dejó a todos en el limbo con un tuit: “Adelante. Siempre adelante”. Según una fuente confiable, Alan recibió la noticia con inusitada y absoluta tranquilidad, ni un gesto de molestia ni de enojo, y sin decir una palabra, afortunadamente los paramédicos pudieron reanimarlo a tiempo.

De otro lado, Acción Popular creyó ver en ese tuit un mensaje apenas cifrado. ¿El “Adelante” de Gastón no era acaso el “Adelante” de Belaúnde? Algunos partidarios pensaron de buena fe que ellos podrían acoger a Gastón por el bien del país; otros, menos altruistas, que antes solo se preguntaban cuánto más les durará el partido, ahora se preguntan ansiosos cuántas curules les podría significar tamaño candidato.

Pero las dudas se mantienen y no son pocos quienes piensan que Gastón viene cocinando –a fuego lento –su candidatura. Entonces siguen en pie las preguntas de rigor: ¿Quiere o no ingresar a la política? ¿Postulará o no a la presidencia de la República? ¿”Tanta” hará un convenio con Qali Warma? ¿Astrid dará “luz verde”?

“No postularé”, ha dicho Gastón en una emisora radial. Su respuesta parece tan contundente como esos platos humeantes que desfilan en su programa de cable. Sin embargo, como dice la experiencia, en política cualquier cosa inesperada puede surgir; en la cocina también.

Publicado en la revista Velaverde Nº50 

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