Este
domingo todos celebramos el día del trabajo, incluso yo.
Recuerdo
con cariño mi primer trabajo: Primera Dama. Reemplacé a mi madre porque se
accidentó dándose vueltas o voltios, o algo así. Todos los días trabajaba
haciendo ayuda social, bueno, no todos los días, de lunes a viernes salía de
compras con mis amigas gracias a mi Vladi-Card. Recuerdo que nunca me
asaltaron, y no fue porque tenía 20 policías cuidándome, sino porque cuando mi
padre era presidente no había delincuentes en las calles, todos estaban en
Palacio.
Mi segundo
trabajo fue de congresista. Pero este fue un trabajo part-time que no sentí
mucho, quizá sea porque tuve más de 500 días de ausencia. Eso puede ser. Mi
actual trabajo es ser la lideresa de un partido, es decir, vivo de lo que la
bancada fujimorista me da mensualmente y, no se lo digan a nadie, de un
guardadito que tengo de los 90.
Como ven, yo sé lo que es
trabajar. Además, en todos mis trabajos siempre he podido hacer lo que más me
gusta: vivir de los peruanos.
Publicado en "El Otorongo" (Peru21-29.04.16)
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