Querido diario:
A ver. Te cuento que me encontré con mi compadre
Toledo, recién llegado del CADE donde
hizo las delicias del público con su monólogo Elecciones 2015. Ahí contó cómo
le pidió a Zuckerberg que se acueste con la reina de Inglaterra mientras el
presidente de China descifraba las líneas de Nazca. O algo así.
Ayayay, me da pena Toledo. Mi compadre pudo ser recordado como el
hombre que nos devolvió la democracia, pero luego vino lo de Ecoteva y se supo
que había hecho transacciones inmobiliarias tan confusas que la última
propiedad que adquirió se la está alquilando a sí mismo; y parece que debe dos meses.
“¿Puedes creer que la mayoría de la gente ya no me
cree?”, me dijo. “No, no te creo”, le respondí. Pero era cierto, según las
encuestas, Toledo es percibido como uno de los políticos más corruptos y todo
por su suegra. Yo mismo le pregunté una vez, ¿Alejandro, es verdad que has utilizado
a tu suegra alemana como fachada para comprarte una mansión? “Es mentira”, me
dijo, “mi suegra es belga”.
Como se ve, mi compadre es solo una víctima de sí
mismo y de sus palabras. Ahora mismo le acaban de preguntar por ley de la unión
civil y él respondió: “Soy hombre”. Felizmente no le preguntaron por la ley de
protección animal.
Ya
está. No sigo más, es hora de comer, dormir e hincar como ninguno.
Fuente: El Otorongo (Peru21-11.12.15)
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