En
Palacio de Gobierno, Alan García, Alejandro Toledo y el presidente Humala están
reunidos para conversar sobre el tema de La Haya. El presidente acaba de darles
la bienvenida.
De pronto, un edecán ingresa y entrega un
documento a Humala.
-Nuestro
último informe de inteligencia –dice el edecán.
-¿El
último? –preguntó Humala- ¿ya no habrá más?
-Es el
último que ha llegado Sr. Presidente.
El edecán
salió. En tanto, Humala pone el documento frente a sus ojos. Rápidamente dirige
su mirada hacia donde están las conclusiones. García y Toledo lo miran,
ansiosos.
-Bueno
–dijo Humala- aquí dice que Perú tiene las de ganar.
-Excelente
–dijo García- Una gran victoria para el Perú. Y todo esto gracias a un hombre
preclaro, visionario, estadista, a un hombre que admiro muchísimo. Gracias,
muchas gracias a mí.
Humala
y Toledo lo miran extrañados.
-Ya
estoy viendo mi nombre esculpido en el mármol de la historia –continuó García.
-Un momentito –dijo Toledo- aunque en tu
gobierno se puso la demanda, en el mío ya
se había delineado el rumbo legal. El
cholo sano y sagrado también pasará a la historia. ¡Carajo!
-Cierto
–dijo Humala- pero no olviden que la victoria se dio durante mi mandato.
Entonces
el edecán vuelve a ingresar.
-¿Qué?
–se sorprendió Toledo- ¿otro informe?
-Sí,
bueno –dijo Humala- desde que a nuestros agentes les pagamos por comisión, se
han puesto de lo más productivos.
Humala leyó
el papel.
-Bueno,
aquí dice que Perú y Chile están parejos.
-Pero igual
ganamos algo, ¿no?-dijo Toledo.
-Sí,
claro –dijo García- De todas formas es algo histórico porque le ganamos a la
posición chilena que decía que ya existían límites marinos. Así que no olviden
que todo empezó en mi gobierno.
-Pero
se preparó en el mío –dijo Toledo.
-Y en
el mío se definió.
El Edecán
vuelve a ingresar.
-Nuestro…
-Sí, ya
sé qué es-dijo Humala recibiendo el documento y el edecán vuelve a salir.
El
presidente observó el documento sin parpadear. Entonces sus manos arrugaron los
extremos del papel.
-Dios–dijo
Humala.
-¿Sí?
–dijo García.
-Estamos
fregados –dijo Humala, derrotado- Chile tiene ahora la primera opción.
-Yo le
dije bien claro a Joselo que no haga
nada –dijo García- pero él terco, terco, que sí Alan, que vamos a ganar Alan,
que pasaremos a la historia Alan, que los que sobrevivieron a tu primer
gobierno te perdonarán Alan, que a nadie le importará los narcoindultos Alan.
-Ya sabía, ya sabía –dijo Toledo- le dije a
Rodríguez Cuadros que no prepare el caso. Recuerdo clarito ese día, él que me
decía que sí, que era conveniente seguir armando el caso, que teníamos una cita con el destino
y en verdad la cita la tenía yo con Maiman.
-Yo iba
a cambiar a Roncagliolo –dijo Humala- Nadine me dijo que no, pero igual me puse
fuerte y con fuerza no lo cambie.
El edecán
vuelve a ingresar con otro documento. Humala se pone de pie antes de recibirlo.
-Oiga
usted –le increpó Humala- ¿ya no le parece mucho esto? Está bien que paguemos
por documento pero ¿por qué tantos informes sobre La Haya?
-¿La
Haya? –dijo el Edecán- No, Sr. Presidente. Son sobre el TLC Perú-Chile.
¿Recuerda que pidió saber a qué país le
iba ir mejor?
Humala
miró al edecán. García y Toledo negaron
con la cabeza.
-Bueno
–dijo Humala- ¿y para cuándo tendremos el informe sobre la Haya?
-Muy
pronto Sr. Presidente –dijo el edecán- de este mes no pasa.
Publicado en la revista Velaverde Nº47
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