jueves, 5 de noviembre de 2015

Alan (de)vuelve

En la oficina de Alan García, al día siguiente del lanzamiento de su candidatura presidencial, el líder aprista estaba rodeado de sus más cercanos colaboradores: Del Castillo, Velásquez Quesquén y Mulder. Del Castillo tiene un papel levantado, como si estuviera a punto de leerlo.



-¿Y Jorge? –dijo Alan- ¿Cómo nos fue? ¿Cuántas portadas sacamos?

Del Castillo miró de reojo el papel que seguía alzando y luego volvió a mirar a Alan.

-¿Qué pasa Jorge? Anda, dime, ¿en cuántas portadas salí?
-Ya pues Jorge, dile nomás- dijo Mulder.

García elevó un poco la voz.

-¿Que me diga qué?
-Nada –dijo Del Castillo.
-Entonces dime de una vez, ¿cuántas portadas tengo?
-Portadas lo que se dice portadas completas no tienes ninguna.
-¿Pero en cuantas aparezco?

Del Castillo se aclaró la garganta.

-Bueno Alan, solo en dos y una de ellas es en un diario antiaprista así que mejor no te digo lo que te pusieron como leyenda.

Alan enmudeció unos segundos. Velásquez Quesquén, Del  Castillo y Mulder se inclinaron hacia atrás casi de manera instintiva.

-Bueno, no importa que no esté en las primeras planas de los diarios, la  gente ahora ve más televisión. A ver Jorge, ¿cuántos canales transmitieron en directo todo mi discurso sin interrupciones? ¿Se pudo hacer que lo transmitan con subtítulos en quechua? Recuerda que todo voto es importante.
- Solo los canales de cable lo pasaron y por unos breves minutos.

García se pasó la mano por el rostro, como si fuera una toalla.

-Entonces nada de diarios y nada de tele.
-De la radio mejor ni me preguntes.
-¿Por qué? ¿Estamos peor?
-No, es que no hemos hecho la revisión, por eso digo que ni me preguntes.
-Pero en las redes sociales seguro nos ha ido mejor –dijo Velásquez Quesquén.

 Del Castillo sonrió aliviado.

-Sí, eso sí. Según los “likes”, los tuiteos y retuiteos se puede ver que la gente ha estado pendiente del discurso.
-Ahí está –dijo Mulder-. ¿Quiénes usan más las redes sociales? Los jóvenes pues. ¿A dónde debemos dirigir la campaña? A los jóvenes. ¿Quiénes no han vivido el primer gobierno de Alan? Los jóvenes.
-¿Y qué dicen de mí en las redes?

Del Castillo se puso pálido.

-Bueno Alan, no hay que hacerle caso a esta gente. Tú sabes, como muchos son anónimos, insultan nomás.
-Carajo, dime qué dicen de mí.

Mulder y Velásquez Quesquén miraron a Del Castillo, como quien ve a alguien rumbo a la silla eléctrica. Del Castillo alzó el papel, leyó  y siguió en silencio. Entonces Alan le arrebató el documento y empezó a leerlo. A medida que iba leyendo, su rostro se volvía agrio.

-Por Dios. ¿Tantos insultos en una sola noche?
-No, esos son solo de la primera media hora de tu discurso.
-¿Pero nada bueno quedó entonces sobre mi lanzamiento?
-Mira, según dice aquí que tu propuesta de reducir la pobreza al 10% ha sido comentada varias veces.
-Yo no he dicho que voy a reducir la pobreza.
-¿Y entonces? –dijo Del Castillo.
-Yo dije que iba a reducir a los pobres.
-¿Los vas a hacer más pequeños?

Velásquez Quesquén y Mulder movieron la cabeza.

-No pues –dijo Alan-. Es una idea que se me ha ocurrido hace un par de noches.
-Debe ser una idea genial –dijo Velásquez Quesquén.
-Se me ha ocurrido que en lugar de reducir la pobreza, mejor reducimos el número de pobres.
-¿Cómo así? –dijo Del Castillo- ¿Cómo en tu primer gobierno? ¿Te acuerdas? Al final de los 5 años había menos pobres en el país.
-Eso es cierto.
-Casi todos se escaparon por la frontera.
-No Jorge –dijo Alan- esta vez es distinto. 
-¿Por dónde se van a escapar?

García elevó la vista, como buscando una explicación, luego regresó la mirada a Del Castillo.

-Nadie se va a escapar. Se trata de un programa para convencer a los pobres que no son pobres. Quizá sea una idea demasiado vanguardista.
-Bueno, pero en todo caso eso es lo de menos –dijo Mulder-. Ya nos preocuparemos de eso cuando estemos otra vez en el poder. Ahora hay que pensar ya en la campaña.
-Tienes toda la razón Mauricio  –dijo Alan y  luego miro a Del Castillo-. Jorge, necesito que  empieces a pensar en la campaña.
-¿Que empiece a qué?


Publicado en la revista Velaverde Nº139


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