lunes, 26 de enero de 2015

Un hallazgo en Amazonas

Llegué  al jirón Amazonas, el mítico paraíso de los libros, como quien llega a la tierra prometida, con emoción aunque también con cuidado y mirando a todos lados; después de todo es un peregrinaje en los inseguros tiempos de Urresti.



Había ido en busca de una extraña edición de un libro de Ribeyro, pero encontré más que eso. Flanqueado por una obra de Eurípides y una biografía de Platón, un grueso volumen de tapa gruesa me llamó la atención. Al tomarlo y abrirlo quedé absorto, deslumbrado. Con letras góticas y escrito a mano, el libro albergaba cientos de décimas que daban cuenta de los pormenores de la política peruana de los últimos años. Se trataba, sin duda, al margen de su posible valía literaria o histórica, de un ejemplar único. Y aunque el tipo de escritura me recordaba a aquellos volúmenes escritos hace siglos por las órdenes monásticas, el tenor de los textos era sencillo, coloquial y, hasta alguien podría decir, divertido.

-Oiga -me dijo el librero casi octogenario que apareció de pronto-. Deje eso ahí.
-¿Cuánto está?
-No está en venta.
-¿Cómo de que no?

El hombre dio un par de pasos cansados y me quitó el ejemplar.

-Está ahí por error.

Luego caminó hasta una suerte de pequeña oficinita. Avancé hacia él y vi sobre el escritorio de madera una hoja de décimas recién terminadas.

-¿Usted es el que ha escrito todo eso?
-Sí –me dijo despacio, en tono de confesión.
-¿Seguro que no vende el libro?

Antes que me respondiera, advertí que detrás de él, varios de esos libros se acumulaban en un rincón.

-Ninguno de ellos está en venta. Pero toma –me dijo acercándome la hoja con la tinta fresca-. Te regalo esto de recuerdo, pero no insistas. No quiero publicidad, no quiero nada.
-Solo dígame una cosa, ¿cómo así se dedica a esto?
-Mi padre me pidió que lo superara.
-Ya veo. Su padre también hacía lo mismo.
-No, él era bien católico y hacía novenas…y bueno yo….

A continuación, la fiel transcripción de la hoja:


Ollanta y Nadine están
con mucha preocupación
¿Refugio o extradición?
Alguno de ellos será.
Mientras tanto buscarán
cuál es la mejor manera
que Belaúnde no sea
para ellos una carga,
pues aunque a veces tarda
la justicia siempre llega

Martín Belaúnde al fin
contento está en La Paz,
esconderse quedó atrás.
Ahora podrá residir
y plácidamente dormir,
esperando que la CONARE
con el trámite no pare
hasta que le den refugio.
O buscar un artilugio
y que en la cárcel no acabe

Mientras tanto en el Perú
Ana Jara está perdida
pues del reglaje ella sabía
lo mismo que de Katmandú.
Y ahora que salió a la luz
trata de esquivar el golpe.
Por eso solo responde:
inocente es el gobierno,
ya que a nadie está siguiendo.
Pero es obvio que algo esconde.

El que sigue igualito,
insultando a medio mundo
y cerrando bien el puño,
es Urresti, el favorito.
De criterio muy chiquito
pero que se pone bravo
con quien lo haya criticado.
Y es que se cree popular.
Hasta parece no importar
que el delito haya aumentado

Y así seguimos viviendo
en este país tan extraño
donde empezamos el año
con el dólar por el cielo,
la justicia por el suelo.
Y un gobierno confundido
sin un rumbo definido,
pensando más en Bolivia,
gobernando con desidia
un mandato ya perdido.


Publicado en la revista Velaverde Nº99

No hay comentarios:

Publicar un comentario