miércoles, 17 de diciembre de 2014

Figallo, Roy Gates y Vilcatoma: la reunión

¿Puede Belaúnde Lossio ser un colaborador eficaz? ¿Puede Figallo ser ministro y eficaz? ¿Procuró Roy Gates presionar a la procuradora? Estas y otras preguntas  mucho más inteligentes deberán ser resueltas en las próximas semanas –y quizá meses- por la flamante Comisión Investigadora del Congreso.

Esta columna, a fin de colaborar con el esclarecimiento de los hechos y en busca de la siempre escurridiza verdad, ha reconstruido fielmente la reunión ocurrida el 15 de mayo pasado entre la procuradora Vilcatoma, el ministro Figallo y el consejero Roy Gates.

A continuación, los hechos:


Vilcatoma ingresó al despacho ministerial. Saludó al Ministro y en seguida notó que casi en un rincón se encontraba un hombre calvo, de mirada altiva y vestido de impecable terno.

-Yeni –dijo Figallo-. Te presento a Roy Gates.
-Usted fue el abogado de los Sánchez Paredes, ¿no?

Roy Gates la miró sin decir nada.

-Bueno –dijo Figallo-, pero él…
-Y también defendió a Cataño y luego a Rómulo León, ¿no?
-Sí –intervino el Ministro-, pero él ha venido por otro cosa, por el tema de la colaboración eficaz.
-Ah qué bueno –dijo Vilcatoma-. Entonces ha venido a entregarse.

Roy Gates miró al Ministro y este le devolvió la mirada. Luego Figallo volteó hacia Vilcatoma.

-¿A entregarse? Pero claro que no. Este hombre no ha cometido ningún delito…bueno, al menos que yo sepa.
-Podemos ir al punto por favor –dijo Roy Gates-. Tengo otros asuntos que tratar por encargo del Presidente.
-Está bien –dijo Figallo-. Aquí el doctor Roy Gates es el consejero presidencial en temas legales.
-Pero no entiendo –dijo Vilcatoma-. La ley dice que el asesor legal es el Ministro de Justicia, es decir, usted.
-¿Eso dice? –dijo Figallo.
-Sí.
-¿Estás segura?
-Sí, claro.

Roy Gates se levantó e hizo el ademán de salir de la oficina.

 -Bueno ministro, le digo al presidente que usted me va a ayudar, ¿sí o no?
-Sí, claro.   

El consejero presidencial se volvió  a sentar.

-Bueno, Yeni, entonces ¿cómo va el caso de Belaúnde Lossio?
-Lo estamos manejando bien y, como corresponde, con la debida discreción.
-Ya, pero dime, ¿puede acogerse a la figura del colaborador eficaz?
-No, no puede.
-Pero vamos, ¿alguna manera habrá?
-No, ninguna. Recuerde que es un cabecilla. Más bien parece que usted está muy interesado en que Belaúnde Lossio sea colaborador eficaz.
-No, para nada –dijo Figallo-.
-Entonces el interesado es aquí el doctor Roy Gates.
-Sí, él es el…no, no, tampoco.
-Entonces es el presidente.
-Exacto, el sí está sumamente…no, no, el presidente menos. Vamos, Yeni, no me hagas confundir.

Figallo miró de soslayo a Roy Gates.

-Mire doctora –dijo Roy Gates, inclinándose hacia adelante-. A usted no le interesa si alguien está o no interesado en Belaúnde Lossio.
-Señor ministro, el doctor Roy Gates no debería estar aquí.

Roy Gates se puso de pie.

-Mire doctorcita, yo soy el consejero presidencial y tengo el mandato del presidente, así que usted no puede decirme a donde puedo ir o no.
-Señor ministro –dijo Vilcatoma, como ignorando lo dicho por Roy Gates-. Usted sabe que este caso podría llegar en algún momento a relacionarse con Palacio. ¿No le parece irregular que hablemos del caso con el abogado del presidente?
-Yo no soy su abogado. Soy su consejero.
-Pues entonces aconséjele que no trate de direccionar la investigación de la Procuraduría.
-Nadie quiere direccionar nada –dijo Roy Gates.
-Claro que no –dijo Figallo-. Solo queremos asegurarnos que vaya en la dirección correcta. Queremos que…

De pronto el rostro de Figallo se agravó. Alargó el brazo y señaló hacia la procuradora.

-¿Qué es eso?

Vilcatoma se inclinó levemente hacia atrás en la silla.

-¿Qué cosa?
-¿Nos estás grabando?

Roy Gates se pone de pie de golpe y también se acerca.

-Claro que no –dijo Vilcatoma.
-¿Y ese aparato?
-Mi celular.
-¿Y esos números que avanzan?
-Son los segundos del reloj.
-¿Y esa luz roja? –intervino Roy Gates.
-Es que mi batería está baja.
-¿Y eso que dice “REC”? –dijo Figallo
-Esa es la marca de mi celular. ¿Por qué hacen tantas preguntas?
-Solo quería cerciorarme que no nos estás grabando. 

Vilcatoma se levantó y camino hacia la puerta.

-Señor ministro, me retiro. Y no se olvide: Belaúnde Lossio no puede ser colaborador eficaz.

Vilcatoma abrió la puerta, salió y la cerró tras de sí. Roy Gates y Figallo se quedaron mirando en silencio.

-Bueno  –dijo Roy Gates levantándose- yo también me voy. Espero que la haga entrar en razón. No vaya a ser que nos haga problemas y salga a hablar a la prensa.
-No creo –dijo Figallo-. Además, ¿quién le va a creer?

Publicado en la revista Velaverde Nº93


No hay comentarios:

Publicar un comentario