miércoles, 2 de julio de 2014

Urresti en la calle

En Palacio de Gobierno, el presidente Humala y la primera dama están revisando  hojas de vida de posibles candidatos para el Ministerio del Interior.

-Este me parece el más indicado –dijo Humala acercándole el folder a Nadine-. Tiene coraje y determinación.

-Vamos Ollanta, otra vez con lo mismo –dijo Nadine moviendo la cabeza-. Cada vez que hay cambios en el gabinete me enseñas el currículum de  Antauro.

Humala se encogió de hombros.

-¿Y entonces?

-Estaba pensando si le damos la oportunidad a Urresti –dijo Nadine.

-¿Urresti?



-Sí, ha hecho una gran labor en la lucha contra la minería ilegal.

-En realidad mejor le ha ido en la lucha contra la formalización.

Nadine lo miró extrañada.

-Así es –continuó Humala-. La formalización de los mineros ilegales ha sido un fracaso.

-Igual sigue siendo mejor candidato que tu hermano.

-Olvídate de Antauro. Quiero al menos por una vez tomar en serio la lucha contra la inseguridad ciudadana.  Mira, elaboré una lista de personas idóneas para el cargo.

-Muy bien –dijo Nadine-. Hagamos las cosas bien entonces. ¿Es gente respetable?

-Totalmente.

-¿Gente que sabe de temas de seguridad?

-Desde luego.

-¿Gente independiente?

-Sin duda alguna.

-¿Y esta gente trabajaría con nosotros?

-De ninguna manera.

Nadine dio un suspiro.

-Bueno –dijo Humala-. Urresti no suena mal después de todo.

Dos horas después, en otro ambiente de Palacio de Gobierno, Urresti y Humala estaban sentados frente a frente. Nadine estaba junto al presidente.

-Voy a ser directo con usted. Le ofrezco ser el próximo Ministro del Interior.

-Acepto –dijo Urresti y en el acto se puso de pie-. Ahora si me disculpa, voy a San Jacinto a hacer un operativo contra los desmanteladores de autos.

-¿No te dije Ollanta? –dijo Nadine- El general es una persona de acción.

-Siéntese por favor –le dijo Humala a Urresti.

-Dígame Sr. Presidente, pero sea breve por favor que en estos momentos se está cometiendo un delito.

-¿Y cómo lo sabe?

-Lo presiento, alguien está necesitando mi ayuda. Ahora que soy el Ministro del Interior…

-Todavía no ha juramentado

-Hagámoslo ahora entonces, de una vez.

Nadine sonrió.

-General –dijo la primera dama-.Estoy segura que con su actitud va a hacer que la gente cambie su percepción y así solucionaremos nuestro principal  problema.

-¿La seguridad ciudadana?

-No, la aprobación presidencial.

Humala se reacomodó en la silla.

-A ver General –dijo Humala-. Vamos por partes. ¿No me va a hacer ningún pedido antes de aceptar el cargo?

-¿Pedido? No, ¿para qué?

-¿Qué hay del viceministro? ¿Usted quiere poner a alguien ahí?

-No, ¿para qué? No lo necesito.

-Pero vamos General. ¿No piensa llevar a nadie al ministerio? ¿Algún equipo que lo pueda ayudar? El sector es bien complejo.

-Lo único que hace falta es acción –dijo Urresti.

-Pero tiene pensado qué hay que hacer.

-Se lo acabo de decir, hay que actuar.

Nadine y Humala intercambian miradas.

-Bueno General, pero le recuerdo que tendrá que ir al Congreso a presentar sus propuestas.

-Mi propuesta es actuar.

-Está muy bien todo eso de la acción General, pero algún plan tiene que tener. Seguramente antes querrá saber qué está pasando en el narcotráfico, el crimen organizado, las extorsiones, la situación del VRAE.

-Lo que yo quiero saber es qué está pasando con los pirañitas en Gamarra. Lo que importa es la calle. Yo mismo voy a salir a patrullar, capturar maleantes y poner papeletas.

Humala observó a Nadine y luego fijó su mirada en Urresti.

-Pero cuando vaya al Congreso tiene que llevar un plan elaborado.

-No voy a poder ir.

-¿Cómo que no?

-No voy a tener tiempo. Ese día estaré en un operativo –dijo Urresti.

-Pero ni siquiera sabe qué día será.

El presidente frunció el ceño y se tocó la barbilla.

-Sabe General –dijo Humala-. Creo que por preocuparse de los árboles no está viendo el bosque.

-No se preocupe Sr. Presidente, yo haré operativos en todos lados. Así la gente tendrá la sensación de que estamos ganando la lucha contra la delincuencia. Es más, esta misma noche haré un megaoperativo.

-¿Esta noche?

-Sí. Y tal como hacía en minería ilegal, convocaré a quienes necesito para que todo sea un éxito.

-¿A las fuerzas del orden?

-No, a la prensa. 

Publicado en la revista Velaverde Nº70

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