lunes, 21 de julio de 2014

Una visita a Urresti

Estoy en la antesala del despacho del Ministro del Interior, esperándolo. Urresti me había aceptado una entrevista.

-¿Aquí? ¿El Ministro? ¿En el despacho? –me dijo la secretaria.

-Sí, claro.

Dio un suspiro y me miró como quien ve a un niño esperando a Papa Noel.

-Claro, claro –luego me señaló una silla, pero luego me indicó otra- mejor siéntate en esa que tiene respaldar. Me lo vas a agradecer.

Me senté y pude ver que en el lugar había una secretaria, un asistente y dos policías.

-Perdona –le dije a la secretaria-. ¿El Ministro para mucho fuera del ministerio?

-Bueno, mira, al Ministro lo veo todos los días.

-¿Ah sí?

-Sí, pero en la tele. Aquí solo ha venido una vez. El día que asumió el mando.

De pronto, otro asistente ingresa al lugar. Tenía el rostro lívido y demoró un par de segundos antes de abrir la boca.

-Ahí viene.

-No puede ser –dijo un asistente.

-¿Qué pasa? –preguntó la secretaria.

-Ahí viene el ministro.

-¿El ministro de qué?

-Urresti, ahí viene –respondió el asistente-.

-¿Tú crees que venga a hacer algún operativo? –preguntó uno de los policías, mientras se acomodaba el quepí.

Entre curioso y divertido, vi cómo todos empezaron a caminar de una lado a otro, con papeles en ristre y haciendo repentinas llamadas telefónicas. Entonces, de repente aparece Urresti en el marco de la puerta. Todos quedan expectantes, casi contendiendo la respiración. Los dos policías se cuadran frente a él, como si estuvieran delante de la bandera.

-Tú –me dijo-. Pasa al despacho.


La secretaria me guió hasta el despacho. Ahí Urresti me saludó y me pidió que me sentara.


-Bueno, vayamos a lo nuestro -me dijo Urresti-. ¿Dónde está Belaúnde Lossio?

-¿Belaúnde Lossio? ¿El prófugo?

-El mismo, el que financió a Humala, el socio de Álvarez, el que ha sido pareja de la asesora de prensa de Nadine, el sobrino de Castañeda. Vamos, tú sabes a quién me refiero.

-¿Y por qué me pregunta eso?

Urresti enmudeció. Luego hizo un gesto de disgusto.

-¿Tú no me llamaste y me dijiste que si venía a mi despacho me darías el dato?

-No, se ha equivocado. Yo vengo a hacerle una entrevista.

-¿Una entrevista? Mira, retírate por favor que estoy esperando a otra persona.

-La persona que le dirá dónde está Belaúnde Lossio.

-¿Cuál Belaúnde Lossio?

- El que financió a Humala, el socio de Álvarez, el que ha sido pareja de… Vamos, Ministro, usted sabe a quién me refiero.

Urresti asintió con la cabeza.

-Bueno –me dijo-. Ya, ¿quieres una entrevista? Es tu día de suerte. Ya, habla, pregunta, pero solo tiene 5 minutos.

-¿5 minutos?

-Ahora tienes 4 minutos y 50 segundos –me dijo mirando su reloj.

-Está bien. Hablemos de Belaúnde Lossio entonces. ¿Por qué sigue prófugo?

-Porque todavía no se le ha capturado. Siguiente pregunta.

-Pero Ministro, vamos, pareciera que no quieren encontrarlo.

-Al contrario, queremos encontrarlo para que no hable.

-¿Cómo?

-Quiero decir para que no hable mal de gente inocente.

-¿Como Humala por ejemplo?

-Eso sí no te permito. El mismo presidente me dijo que Belaúnde Lossio quiere involucrarlo y que por eso es prioridad que lo encuentre.

-Por eso, para silenciarlo.

-En absoluto. Mi principal gol será capturar a Belaúnde Lossio.

-¿Su principal? ¿Qué otros goles ha metido? Orellana sigue prófugo, ¿no?

-Eso es cuestión de tiempo nomás. He formado la DGBO, la Dirección General de Búsqueda de Orellana. Ya hemos asignado personas a esta nueva dirección y les hemos subido el sueldo como incentivo.

-¿Y cómo va la búsqueda?

-No tan bien cómo esperaba -me dijo Urresti-. Desde que comprendieron que apenas capturen a Orellana la dirección desaparece, no están cooperando mucho.

-¿Y por qué no hace algo similar en el caso de Belaúnde Lossio?

-¿Crear una dirección solo para que busque a un prófugo? Eso es absurdo.

-Bueno, hablemos de la seguridad ciudadana. Según cifras oficiales del INEI los delitos siguen aumentando en el país.

- ¿Y el INEI qué sabe de seguridad ciudadana?

-Pero si hace dos semanas usted mismo citó al INEI cuando las cifras parecían favorecerlo. ¿Qué dice frente a eso?

-Que se acabó el tiempo.

-Pero si han pasado apenas dos minutos.

-Por favor…-me dijo mostrándome la salida.

Me puse de pie y caminé hasta la puerta. Antes de salir volteé a ver a Urresti.

-Ministro, off the record, dígame, ¿en verdad cree que no se va a saber lo que hizo en Ayacucho?

-No creo.

-¿No cree?

-No creo en el off the record.


Publicado en la revista Velaverde Nº73

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