martes, 6 de mayo de 2014

Cosas de la pareja presidencial

El presidente Humala se encuentra en Palacio de Gobierno leyendo un documento. Entonces, la primera dama ingresa y se detiene en mitad del salón. Tiene los puños apretados, el ceño fruncido y los ojos achinados. Humala al verla, deja el papel y se acerca.

-Nadine, justo quería hablar contigo.

-No me digas nada por favor.

-¿Por qué?

-Estoy molestísima por “Cosas”.

Humala la mira y hace una mueca.




-Ya sé que estás molesta por cosas, todos estamos molestos por cosas.

-Entonces ya sabes –dijo Nadine-. Nunca debí dejar que cambiarán mi perfil.

-¿Te operaste? –dijo Humala-. ¿Por qué no me habías dicho? Ahora resulta que yo soy el último en enterarme de todo. Acepto que eso ocurra en temas de gobierno, pero no en nuestra vida personal.

Nadine observa con detención a Humala.

-¿De qué hablas? Yo me refiero a “Cosas”.

-Yo sé que te refieres a cosas.

-Entonces lo sabes.

-Claro que lo sé.

-¿Y qué opinas entonces?

-¿De qué?

-De “Cosas”.

-¿De cosas?

-Exacto –dijo Nadine.

-¿Exacto qué? –dijo Humala y luego movió la cabeza-. La verdad es que no te entiendo. Ya mi padre me había dicho que eras difícil de entender.

Nadine hace un gran esfuerzo por calmarse. Entonces sus facciones se alivian y se acerca a Humala.

-Bueno, ya –dijo Nadine, conciliando-. De qué querías hablar conmigo.

-Me enteré que te entrevistaron para una revista –dijo Humala.

Las mejillas de Nadine se encienden pero, otra vez, se contiene.

-Ollanta –dijo pronunciando despacio cada palabra-. De esto te estaba hablando, de la entrevista.

-Ah mira, me han alcanzado el texto impreso y la verdad no me gusta lo que dices de mi persona.

-¿Qué parte?

-Toda mi persona.

-¿Qué parte es la que no te gusta?

-¿De mi persona?

-No, Ollanta, quiero saber qué no te gustó de lo que dije.

-Ah ya, mira, por ejemplo, dices  que si te critican mucho me descompenso. Van a pensar que no soporto la presión.

-Pero eso es bueno. Así la gente va a decir que eres una persona sensible.

-Te equivocas Nadine. Van a decir que soy una persona débil, que me falta carácter.

-Eso no es cierto.

-Es cierto.

-He dicho que no es cierto –dijo Nadine-. A ti no te falta carácter. ¿Te quedó claro?

-Clarísimo.

-Qué bueno.

-Pero ahora lo que me preocupa es otro tema –dijo Humala-. ¿No crees que se ve un poco frívolo que salgas en esa revista?

-Espera –dijo Nadine-. Esas ideas no son tuyas. Seguro ha sido tu padre ¿no? Vamos, dime. Él fue, ¿no? Él te dijo eso, ¿no?

-Nadine por favor –dijo Humala, empezando a tambalearse-. No sigas que me descompenso.

-Bueno, ya, tranquilízate. Solo dime si fue tu padre.

Humala asintió.

-Mi padre dice que has cambiado –dijo Humala-. Que antes trabajabas para la inclusión social y ahora para que te incluyan en sociales.

-Tu padre no me tiene ninguna simpatía. ¿Sabes lo que eso significa?

-Lo sé, Nadine –dijo Humala-.Simpatía significa que dos personas…

-No, Ollanta –dijo Nadine-. Hablo de tu padre. Él dice esas cosas contra mí porque no le caigo bien.

Humala dio un suspiro.

-Bueno, ahora sí te dejo –dijo Nadine-. Tengo una reunión con mi equipo de prensa para ver cómo respondemos a todas las reacciones que habrá cuando la gente lea la entrevista.
-No te preocupes –dijo Humala-. Ya tengo todo solucionado.

-¿Vas a presionarlos para que no saquen la entrevista?

-Mejor que eso. Ya me han conseguido todas las ediciones de la revista. No hemos dejado ni un solo ejemplar para la gente, así que el tiraje completo ya está aquí en Palacio.
Nadine enmudece por unos momentos.

-Bueno, aunque ahora todo sale en internet, igual puede servir de algo. ¿Y cómo han conseguido la edición que nos interesa si recién sale a la venta en dos días?

-¿Cómo?  ¿No era la que ya están vendiendo?

Publicado en la revista Velaverde Nº62

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